miércoles, 27 de abril de 2011

"A los arquitectos españoles nos falta matiz empresarial"

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Mark Fenwick, británico, y Javier Iribarren, español, lideran un estudio de arquitectos con sede en Alcobendas (Madrid) que desarrolla el 95% del trabajo en el extranjero y que se ha orientado hacia las infraestructuras deportivas. Han diseñado el nuevo estadio del Espanyol, el del Valencia y han sido elegidos para idear uno en Catar para el Mundial de Fútbol, lo que le ha dado un impulso a su prestigio considerable.
¿Cómo llegaron a especializarse en recintos deportivos?
Javier Iribarren. Por casualidades de la vida, hubo un conocido que nos llamó hace tiempo para preguntarnos que si estaríamos interesados en participar en el concurso para el diseño del estadio del Espanyol. A raíz de que haces un estadio, empiezas a conocer gente, es un mundo pequeño y tiene mucha repercusión. Luego vino el del Valencia, luego el de Lucena... Y luego dimos el salto internacional. Para salir fuera tienes que salir como especialista, no se puede salir como arquitectos generales. Fuera, sobre todo hacemos arquitectura deportiva.
Mark Fenwick. El estadio del Espanyol fue nuestro primer proyecto deportivo de un estadio y tuvo la frescura de cuando haces las cosas por primera vez. Le dimos una vuelta a las cosas más tradicionales y la UEFA eligió el estadio como modelo para Europa. Todo esto nos ha venido muy bien. A continuación la UEFA nos pide que escribamos un libro sobre cómo construir un estadio de fútbol.
Y ¿cómo construir un estadio?
M. F. Un estadio de éxito depende las personas y de los equipos. Hay tres preguntas: ¿qué quiero?, ¿qué puedo permitirme? y ¿qué necesito? A partir de ahí, elegir un buen arquitecto, una buena constructora, controlar bien la construcción para que los costes no se vayan...
¿Qué caracteriza a todos los estadios que ustedes han diseñado?
J. I. Son funcionales. Y también tecnológicos. El estadio tiene que ser un diseño especial para cada cliente. A fin de cuentas, el fútbol es pasión y eso hay que llevarlo al edificio.
M. F. Nosotros entendemos la pasión del fútbol y que un estadio es algo emotivo para el hincha.
¿Cómo ven el grado de internacionalización de los estudios españoles?
J. I. Hay mucho campo pero es muy difícil y no hay mucha tradición en España de trabajar en el extranjero. Hay dos opciones para salir al exterior. Una son las grandes figuras de la arquitectura española que son llamadas a trabajar fuera. Cosa muy distinta es el estudio que se plantea salir al exterior. Eso es mucho más complicado. En España el problema principal que tenemos es el idioma, que no se habla tanto inglés, y hay un problema de mentalidad, el español está acostumbrado a tener el negocio en casa. Y falta estructura empresarial.
M. F. Mira que hemos ido a Catar, pero el desierto está aquí en España en temas de trabajo para los arquitectos. En España no hay trabajo de arquitectura, muy poquito. Esto en el caso nuestro tuvimos la suerte o la visión de ver en 2007 que algo pasaba y decidimos salir al exterior. Hoy no tendríamos recursos. Los estudios en España tienen que hacer una estructura más empresarial.
¿Creen que es conocida y valorada la arquitectura española?
M. F. Hay arquitectos como Moneo, Bofill o Calatrava que, te gusten más o menos, han vendido la imagen de España. España en este momento tiene los mejores arquitectos del mundo, pero nos falta el matiz empresarial que las grandes empresas británicas sí tienen.
¿Qué perspectivas hay en España?
J. I. Muy complicado. No hay promotores, inversores, no hay dinero. Lo primero es resolver el problema económico. Hay una gran cantidad de empresas que están muy vivas y con capacidad de hacer cosas. De hecho, en Madrid empieza ya a haber demanda de pisos, pero no hay financiación.
M. F. Los clientes con los que llevábamos 20 años están totalmente paralizados. Hay cierto movimiento de viviendas protegidas pero es una pequeña lámina.
¿Qué conclusiones sacan del ciclo alto y bajo del inmobiliario?
J. I. Que esto no puede volver a ser así. España no puede construir más viviendas que Italia, Alemania y Francia juntas. Es una locura. El banco daba a la gente dinero a mantas para comprar.
M. F. Se hacían viviendas porque se vendían. Había una necesidad de construir oficinas y centros comerciales porque no había. Se ha construido muy deprisa. Las cosas son cíclicas. Yo creo que esto volverá a pasar. Es mentira que los arquitectos nos hayamos llevado mucho dinero. Cuando hay mucho trabajo es igual de malo que cuando hay poco.


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