No todos los días alguien se saca de la manga un nuevo elemento estructural capaz de cambiar la forma en que construimos. Lo ha hecho el arquitecto israelí Dror Benshetrit, que acaba de presentar su “QuaDror” en el Design Indaba 2011, un evento multidisciplinar que se realiza en Ciudad del Cabo, Suráfrica.
Se trata de una estructura de armazón geométrico común con posibles aplicaciones que incluyen desde bases de construcción, viviendas, divisores de espacio…a barreras acústicas y mucho más. Se compone de cuatro piezas en forma de L idénticas que se abren para crear una estructura en forma de caballete, tan fuerte y estable que sólo puede cambiar la forma en que edificamos.
También funciona plegada en plano, por lo que permite múltiples iniciativas de diseño y puede adaptarse a varias condiciones y configuraciones. Algunas aplicaciones aprovechan su capacidad de carga, mientras que otras aprovechan sus propiedades acústicas, la facilidad de fabricación, su plegado y o su gran eficiencia energética.
En 2006, mientras experimentaba en su estudio de New York, Dror Benshetrit descubrió esta nueva geometría de casualidad. La utilizó para fabricar una lámpara para el Swarovski Crystal Palace (una proyecto donde se buscan nuevas interpretaciones del diseño en cristal) y llegó a exponerla en la Feria del Mueble de Milán 2007.
Inicialmente le inspiró su estética y flexibilidad, pero pronto se dio cuenta de que esa estructura también albergaba una fabulosa integridad de carga gracias a los elementos de enganche.
Impulsado por un equipo de expertos, el Estudio Dror se ha tirado 4 años de análisis rigurosos para descubrir pronto que la fuerza abrumadora de la geometría viene de la fuerza física más simple: 43 ° de ángulo de inflexión, que permiten a los paneles mantenerse de pie como la haría el caballete de una mesa, con una capacidad de carga similar a la de un cubo de la misma arista pero con sólo la quinta parte del volumen.
86 de estos elementos pueden apilarse uno encima del otro, lo que lo hace adecuado para la construcción de paredes altas. Los paneles pueden ser prefabricados y enviados completamente terminados, reduciendo tanto el tiempo de transporte, como el de construcción y también el uso de maquinaria pesada para su instalación.
Por si fuera poco, tiene enormes propiedades acústicas, debido a que la forma irregular de la pared construida reduce la reverberación, lo que engatusará ya no sólo a los estudios de grabación, sino también a los inmensos espacios de música en vivo y hasta a las comunidades de propietarios que ansían una enorme barrera acústica para la autopista que les pasa al lado.
La consultora de ingeniería Arup ya ha echado un vistazo a esta geometría y afirman que su resistencia estructural es “sobresaliente”, nominándola para el premio anual del Buckminster Fuller Challenge, un concurso internacional de diseño que otorga 100.000 $ para apoyar el desarrollo de estrategias que tengan un gran potencial para resolver los problemas más acuciantes de la Humanidad.
Y es que si no fuera suficiente, cuando el QuaDror se queda en el chásis, solo con su armazón geométrico, las posibilidades para el sostenimiento de estructuras metálicas se tornan prácticamente en infinitas, como se pueden ver en estas fotos, que van desde la vivienda más cool del mundo a la chabola más desgraciada del mismo.
De hecho Dror Benshetrit también quiere utilizar este elemento estructural para realizar montajes rápidos y fuertes de refugios para casos de desastre, donde puedan cobijarse las víctimas del mundo de los más pobres. Bravo por él. Y por QuaDror, la estructura que lleva su nombre.
Fuente: http://blogs.lainformacion.com
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