Representativo de la Arquitectura precolombina por su solución arquitectónica, este espacio turístico se encuentra ubicado en la playa La Honda, Perú. Fue construido como resguardo para las embarcaciones y equipos náuticos, asi como un espacio alternativo ante la excesiva densificación de la playa.
En este nuevo milenio, ya no existen normas o criterios formales para proyectar la Arquitectura. Las creaciones arquitectónicas del presente siglo ya no se determinan a partir de un estilo, sino a partir de dos conceptos: lo extravagante y lo mínimo. En cualquiera de los dos casos, la aplicación de la tecnología y materiales novedosos y la particular sensibilidad de los creadores son lo que le da forma a la arquitectura.
Además de ambas tendencias, existe una tercera, menos común, pero que también forma parte del vasto repertorio arquitectónico del siglo XX, la de las construcciones que ensalzan el valor de los materiales naturales y del lugar.
Una de las representantes más importantes en América del sur, de esta tendencia es la arquitecta de origen peruano Ruth Alvarado 1, creadora junto con Cynthia Watmough del proyecto para el Club de Playa La Honda.
Este espacio turístico y de recreación ubicado en la playa La Honda, fue diseñado en el año 2003 para guardar las embarcaciones y equipos náuticos, y como espacio alternativo ante la excesiva densificación de la playa, propone una solución que remite, inevitablemente, a la traza de la arquitectura inca, caracterizada por la sencillez y sobriedad formal, y cuyas soluciones exaltaban los espacios públicos y al aire libre.
A pesar de que el proyecto se solucionó de tal suerte que se integra perfectamente al entorno de mar, rocas y a la agreste topografía del terreno, la relación del paisaje artificial con la naturaleza, no es mimética y no hay referencias orgánicas.
El artificio no altera ni arremete en el entorno natural, como suele suceder otros proyectos de este tipo, debido a que sus creadoras lograron interpretar y abstraer, de manera inteligente, los gestos topográficos que le dieron forma a la apacible y profunda caleta en forma de herradura sobre la que hoy se ubica el club de pesca y descanso.
Así como la música se define por la relaciones entre sonidos y silencios, la arquitectura de los espacios que conforman el club de playa se determinaron por las relaciones entre los elementos construidos y los espacios no construidos.
La calidad estética de los espacios abiertos está definida por el juego de fuerzas que se establece entre las masas, conformadas por las diferentes terrazas, y los vacíos.
Las diferentes plataformas al aire libre fueron dibujadas siguiendo la topografía, hasta convertirse en muros-andenes de roca, organizados a manera de terrazas, sobre las que se ubican: la alberca, una plataforma para asolearse y una terraza a cubierto en la que los visitantes pueden sentarse a conversar o a tomar un trago.
Los materiales que eligieron las creadoras del proyecto, son casi en su totalidad de origen natural y tienen la cualidad de que son fáciles de mantener, resistentes a las inclemencias del tiempo y durables.
El Club de Playa La Honda, es sin duda un proyecto paradigmático, debido a que su solución lo convierte en una verdadera experiencia de paisaje, porque expresa un enorme respeto por la primacía del lugar y el legado de la cultura local, algo inusual en la arquitectura latinoamericana contemporánea, que por lo general está saturada de imágenes superficiales importadas de las arquitecturas de moda provenientes de los Estados Unidos, Europa y Asia.
1. Ruth Alvarado Pflücker. Arquitecta de origen peruano. Realizó sus estudios de Arquitectura en la Universidad Particular Ricardo Palma en Lima, Perú y en la Universidad de Virginia en Charlottesville, USA. Desde 1979 realiza sus prácticas profesionales en diversas oficinas en Washington DC. y en Lima. En 1983 inicia su práctica privada en Lima, Perú. En 1998 se pública una monografía de su obra en México por Menhir Libros: Ruth Alvarado, la vocación de una ciudad. Ruth Alvarado ha diseñado proyectos diversos, los cuales han recibido premios y han sido publicados en medios nacionales y revistas especializadas de Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, España y Reino Unido. Ha participado en conferencias internacionales de arquitectura en Perú, Bolivia, Canadá, Colombia y Panamá. Participa en seminarios, muestras de arquitectura, y bienales y es miembro del Consejo Consultivo de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas, y del Colegio de Arquitectos de Perú. Fue finalista en las III y IV Bienal Iberoamericana y recibió el premio Hexágono de Oro en la Xl Bienal Nacional.
Además de ambas tendencias, existe una tercera, menos común, pero que también forma parte del vasto repertorio arquitectónico del siglo XX, la de las construcciones que ensalzan el valor de los materiales naturales y del lugar.
Una de las representantes más importantes en América del sur, de esta tendencia es la arquitecta de origen peruano Ruth Alvarado 1, creadora junto con Cynthia Watmough del proyecto para el Club de Playa La Honda.
Este espacio turístico y de recreación ubicado en la playa La Honda, fue diseñado en el año 2003 para guardar las embarcaciones y equipos náuticos, y como espacio alternativo ante la excesiva densificación de la playa, propone una solución que remite, inevitablemente, a la traza de la arquitectura inca, caracterizada por la sencillez y sobriedad formal, y cuyas soluciones exaltaban los espacios públicos y al aire libre.
A pesar de que el proyecto se solucionó de tal suerte que se integra perfectamente al entorno de mar, rocas y a la agreste topografía del terreno, la relación del paisaje artificial con la naturaleza, no es mimética y no hay referencias orgánicas.
El artificio no altera ni arremete en el entorno natural, como suele suceder otros proyectos de este tipo, debido a que sus creadoras lograron interpretar y abstraer, de manera inteligente, los gestos topográficos que le dieron forma a la apacible y profunda caleta en forma de herradura sobre la que hoy se ubica el club de pesca y descanso.
Así como la música se define por la relaciones entre sonidos y silencios, la arquitectura de los espacios que conforman el club de playa se determinaron por las relaciones entre los elementos construidos y los espacios no construidos.
La calidad estética de los espacios abiertos está definida por el juego de fuerzas que se establece entre las masas, conformadas por las diferentes terrazas, y los vacíos.
Las diferentes plataformas al aire libre fueron dibujadas siguiendo la topografía, hasta convertirse en muros-andenes de roca, organizados a manera de terrazas, sobre las que se ubican: la alberca, una plataforma para asolearse y una terraza a cubierto en la que los visitantes pueden sentarse a conversar o a tomar un trago.
Los materiales que eligieron las creadoras del proyecto, son casi en su totalidad de origen natural y tienen la cualidad de que son fáciles de mantener, resistentes a las inclemencias del tiempo y durables.
El Club de Playa La Honda, es sin duda un proyecto paradigmático, debido a que su solución lo convierte en una verdadera experiencia de paisaje, porque expresa un enorme respeto por la primacía del lugar y el legado de la cultura local, algo inusual en la arquitectura latinoamericana contemporánea, que por lo general está saturada de imágenes superficiales importadas de las arquitecturas de moda provenientes de los Estados Unidos, Europa y Asia.
1. Ruth Alvarado Pflücker. Arquitecta de origen peruano. Realizó sus estudios de Arquitectura en la Universidad Particular Ricardo Palma en Lima, Perú y en la Universidad de Virginia en Charlottesville, USA. Desde 1979 realiza sus prácticas profesionales en diversas oficinas en Washington DC. y en Lima. En 1983 inicia su práctica privada en Lima, Perú. En 1998 se pública una monografía de su obra en México por Menhir Libros: Ruth Alvarado, la vocación de una ciudad. Ruth Alvarado ha diseñado proyectos diversos, los cuales han recibido premios y han sido publicados en medios nacionales y revistas especializadas de Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, España y Reino Unido. Ha participado en conferencias internacionales de arquitectura en Perú, Bolivia, Canadá, Colombia y Panamá. Participa en seminarios, muestras de arquitectura, y bienales y es miembro del Consejo Consultivo de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas, y del Colegio de Arquitectos de Perú. Fue finalista en las III y IV Bienal Iberoamericana y recibió el premio Hexágono de Oro en la Xl Bienal Nacional.
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