Una casa a imagen de la nueva realidad. Los procesos vinícolas de la industria española han sufrido un proceso de modernización que también ha tenido reflejo en las bodegas.
Enclavadas en idílicos paisajes rodeados de viñedos, las instalaciones de las principales compañías del sector se han renovado en los últimos años. En este proceso, las bodegas han decidido apoyarse en las firmas más prestigiosas de arquitectura para construir auténticas obras de arte cuya finalidad traspasa la labor de conservación y almacenaje.
La simbiosis bodega-arquitectura es un fenómeno que, a pesar de tratarse de una iniciativa de reciente implantación en España, cuenta con importantes ejemplos en la Península Ibérica. Arquitectos como Frank Gehry, autor del museo Guggeheim de Bilbao; Richard Rogers, artífice del Centro Nacional de Arte y de Cultura Georges Pompidou en París y la terminal T-4 del aeropuerto de Madrid-Barajas; y Norman Foster, creador de la Torre de Caja Madrid, en el complejo madrileño Cuatro Torres Business Area, son autores de las bodegas como la de Marqués de Riscal, del grupo Faustino, e, Ysios, de Domecq.
Marqués de Riscal, con una inversión de 70 millones de euros, lidera el presupuesto de las nuevas bodegas
En consonancia con su representatividad en la producción vitivinícola española, en la zona de La Rioja se sitúan cuatro de las principales bodegas con sello de autor: Marqués de Riscal, Ysios, López de Heredia y Viña Real). En Ribera del Duero, en Peñafiel (Valladolid), Protos acaba de inaugurar formalmente las instalaciones diseñadas por el arquitecto británico Richard Rogers. En Navarra, Grupo Chivite fue una de las primeras bodegas en apoyarse en un arquitecto reconocido, gracias a la amistad de la familia Chivite con Rafael Moneo.
Entre los círculos del entorno vinícola, circula una leyenda sobre cómo surgió la colaboración del prestigioso arquitecto canadiense-estadounidense Frank Gehry y los herederos de Marqués de Riscal. Tras varias peticiones infructuosas por parte del grupo bodeguero, Gehry aceptó una invitación en las instalaciones del grupo donde, para agasajarle, abrieron un vino de su año de nacimiento: 1929. La compañía invirtió así 70 millones de euros en la construcción de la Ciudad del Vino, un complejo vitivinícola en torno a la antigua bodega de Marqués de Riscal (1858), la más antigua de La Rioja, que incluye un hotel de 43 habitaciones y un spa con tratamientos de vinoterapia.
Patrimonio
En el caso Viña Tondonia y la arquitecta angloiraquí Zaha Hadid, el vínculo surgió por el interés de la familia López de Heredia en conservar el patrimonio familiar. Concretamente, una caseta de la Exposición Universal de 1910 que la familia quería recuperar para conmemorar el 125 aniversario de la empresa. Tras contactar vía email con Hadid, galardonada posteriormente con un premio Pritzker, ésta visitó la bodega en Haro (La Rioja) y aceptó el encargo.
En el caso Viña Tondonia y la arquitecta angloiraquí Zaha Hadid, el vínculo surgió por el interés de la familia López de Heredia en conservar el patrimonio familiar. Concretamente, una caseta de la Exposición Universal de 1910 que la familia quería recuperar para conmemorar el 125 aniversario de la empresa. Tras contactar vía email con Hadid, galardonada posteriormente con un premio Pritzker, ésta visitó la bodega en Haro (La Rioja) y aceptó el encargo.
Portia, de Grupo Faustino, se ha unido recientemente al club de bodegas con sello de autor. Ideada por el arquitecto británico Norman Foster, la nueva bodega representa un trébol. El proyecto ha requerido una inversión de 25 millones de euros. En su superficie, de 11.300 metros cuadrados, se podrán producir hasta un millón de botellas de vino tinto al año. El proceso de construcción incluyó una visita del equipo de Foster, que se enfrentaba por primera vez al reto de diseñar una bodega, a dos vendimias de la compañía para conocer in situ el proceso de elaboración del vino. El resultado es que cada una de las tres hojas del trébol se consagra a una fase de la producción: fermentación, envejecimiento y conservación.
Fusión
¿Por qué se ha puesto de moda el maridaje entre vino y arquitectura? El precedente es, hasta cierto punto, el Museo Guggenheim de Bilbao, diseñado por Frank Gehry, que abrió sus puertas en 1997. “Fue el punto de arranque que demostró que una infraestructura emblemática podía encabezar un cambio de estrategia de una ciudad”, asegura José María de Churtichaga, vicedecano de IE School of Architecture.
¿Por qué se ha puesto de moda el maridaje entre vino y arquitectura? El precedente es, hasta cierto punto, el Museo Guggenheim de Bilbao, diseñado por Frank Gehry, que abrió sus puertas en 1997. “Fue el punto de arranque que demostró que una infraestructura emblemática podía encabezar un cambio de estrategia de una ciudad”, asegura José María de Churtichaga, vicedecano de IE School of Architecture.
Con la feroz competencia en el sector y la crisis, es necesario buscar formas de diferenciación
La función de la arquitectura como palanca de una imagen o de un producto supuso una revolución en el sector vitivinícola español, que inició un proceso de modernización. “Optaron por aliarse con los arquitectos para impulsar la imagen de sus bodegas, dar un salto cualitativo en el mercado y para entrar, de forma indirecta, en otros negocios relacionados con el turismo enológico, como el del alojamiento”, subraya De Churtichaga. Aunque suponen un desembolso importante, este tipo de bodegas son infraestructuras rentables.
¿Cuál es el principal reto para el arquitecto? Según De Churtichaga, depende de la cultura, la idiosincrasia y el objetivo que persiga el dueño con la creación de esa bodega. “El desafío no es mayor que ante cualquier otro proyecto, pero es básico entender cuál es la misión. Por ejemplo, en el caso de una empresa con tradición más artesanal, suele ser crear una joya que simbolice su filosofía. En otros casos, se trata de buscar un envoltorio para la bodega porque lo que importa es la producción y se busca relevancia ”, señala.
El boom de las bodegas de autor podría tener los días contados. ¿Por qué? En opinión De Churtichaga, “hay diez o quince bodegas que ya han utilizado esta opción como estrategia, sobre todo, en época de vacas gordas, pero se ha demostrado que no sólo vale hacer una infraestructura de referencia, como la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia. La competencia es feroz, el modelo está agotado y es necesario buscar otras formas de diferenciación, sobre todo ahora, en época de crisis”. Asociadas a un público de alto poder adquisitivo y al mundo de lujo y la exclusividad, las bodegas de autor han impulsado el enoturismo, un fórmula que permite desestacionalizar las visitas y captar nuevos clientes.
Ysios, por ejemplo, se está promocionando en California a través de la exposición Cómo el vino se ha modernizado. Diseño y Vino: de 1976 hasta ahora, que se exhibe el San Francisco Museum of Modern Art hasta el 17 de abril de 2011. Desde el punto de vista arquitectónico, los proyectos han visto reconocidos su diseños con importantes premios de arquitectura. Es el caso de Viña Real, de Cvne, en La Rioja, que obtuvo el primer premio en la categoría de estructura en la Feria Expobois (Francia) por una tina de 56 metros de diámetro por 16 metros de alto.
Comercio internacional
Por su parte, el sector valora positivamente el auge de las bodegas de autor. Para Pau Roca, secretario general de la Federación Española del Vino (Fev), “demuestran que es posible invertir en el vino, un fuerte elemento de desarrollo del medio rural, y la arquitectura porque estas bodegas son auténticas colecciones de arte moderno”.
Por su parte, el sector valora positivamente el auge de las bodegas de autor. Para Pau Roca, secretario general de la Federación Española del Vino (Fev), “demuestran que es posible invertir en el vino, un fuerte elemento de desarrollo del medio rural, y la arquitectura porque estas bodegas son auténticas colecciones de arte moderno”.
El año pasado no fue un buen año para el vino español. El impacto de la crisis económica en España, unido a la nueva Organización Común de Mercado (OCM) ha provocado una caída de ventas atenuada, en parte, por una cosecha un poco más reducida. Según los datos de Observatorio Española de la Industria del Vino, el comercio internacional sigue creciendo. Es decir, beben más los países que producen menos o nada. A pesar de esta tendencia, las ventas internacionales cayeron un 4,6% el año pasado y las destilaciones, un 3,6%. En España, se consumieron en 2009 unos 775 millones de litros por 2.352 millones de euros (teniendo en cuenta ventas en alimentación y compras de restaurantes).
Grupo Freixenet es la única de las empresas vitivinícolas españolas en el Top Ten de la industria mundial. Con 19 centros elaboradores en catorce Denominaciones de Origen de siete países en tres continentes, Freixenet vende cerca de 200 millones de botellas (140 millones en España y 54 millones en el exterior ), factura más de 500 millones de euros y tiene presencia en más de 140 países. El grupo familiar Faustino exporta el 49% de su producción, principalmente, a mercados comunitarios.
Los pioneros en el maridaje vino-diseño
Enclavada en la localidad gaditana de Jerez de la Frontera, el grupo bodeguero González Byass (productores del Brandy Jerez y Tío Pepe) es considerado como uno de los pioneros en aunar bodega y arquitectura. Así, su establecimiento tiene más de dos siglos de historia. La Real Bodega de la Concha de Jerez fue inaugurada en 1862, en honor a la reina Isabel II, que visitó entonces las bodegas andaluzas. El edificio no sólo contó con un miembro de la monarquía española para su presentación, sino que en su construcción participó el arquitecto Gustav Eiffel, promotor de la famosísima torre parisina.
Enclavada en la localidad gaditana de Jerez de la Frontera, el grupo bodeguero González Byass (productores del Brandy Jerez y Tío Pepe) es considerado como uno de los pioneros en aunar bodega y arquitectura. Así, su establecimiento tiene más de dos siglos de historia. La Real Bodega de la Concha de Jerez fue inaugurada en 1862, en honor a la reina Isabel II, que visitó entonces las bodegas andaluzas. El edificio no sólo contó con un miembro de la monarquía española para su presentación, sino que en su construcción participó el arquitecto Gustav Eiffel, promotor de la famosísima torre parisina.
El nombre de la Concha se lo debe a su cúpula, que se sustenta mediante unos nervios de hierro que arrojan su peso sobre el muro circundante, dándole una forma similar a la del molusco. Otra de las bodegas históricas de la zona es la de la familia Domecq. Una de sus bodegas, llamada antiguamente Bodega de Fernando VII, que visitó las instalaciones en 1823, fue construida en la primera mitad del siglo XVIII y contiene viejos solerajes de vinos finos.
La arquitectura española, en la cuna del vino
La profusión de bodegas con el sello de reputados arquitectos españoles no es un fenómeno exclusivo de la industria española. California y Burdeos, dos de las denominaciones más famosas a nivel internacional, cuentan ya con el sello de creadores consagrados como Jean Nouvel, los suizos Herzog y De Meuron y Christian de Portzampac. En el caso de la región francesa, uno de los arquitectos españoles más reputados, Ricardo Bofill, ha levantado Château Lafite Rothschild.
La profusión de bodegas con el sello de reputados arquitectos españoles no es un fenómeno exclusivo de la industria española. California y Burdeos, dos de las denominaciones más famosas a nivel internacional, cuentan ya con el sello de creadores consagrados como Jean Nouvel, los suizos Herzog y De Meuron y Christian de Portzampac. En el caso de la región francesa, uno de los arquitectos españoles más reputados, Ricardo Bofill, ha levantado Château Lafite Rothschild.
En 1986, Eric de Rothschild encargó al arquitecto español la creación de una bodega de 4.000 metros cuadrados. Construida en planta subterránea a diez metros bajo tierra, lo que mejora las condiciones de envejecimiento y conservación del vino, la obra de Boffil cuenta con una capacidad para dos mil barriles. Esta nueva bodega se comunica con el resto de almacenes con los que cuenta el chateau de la familia Rothschild. En el estado de California (Estados Unidos), Herzog y De Meuron, artífices de la sede de BBVA, levantaron la bodega Dominus, un edificio creado con bloques de piedra local para aminorar el impacto visual.
Fuente: http://www.expansion.com
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