El eje Porta do SolGarcía Barbón representa la cuna del ensanche vigués. Así lo explicó el historiador José Ramón Iglesias a una veintena de vigueses, entre los que estuvo Harm Koster, director ejecutivo de la Agencia de Pesca, lugar de donde partió el recorrido. La planificación del ensanche comenzó en 1806 con distintas iniciativas oficiales. Todas fracasaron ante la presión de la burguesía: ‘Preveían las nuevas poblaciones en la línea del Areal, donde estaban las factorías de salazón y los primeros astilleros’, apuntó Iglesias.
El profesor Iglesias explicó los secretos de la arquitectura.
Comenzó la trayectoria en el edificio Odriozola, la actual sede de la Agencia Europea de la Pesca. El primer y segundo piso son de Domingo y Alejandro Rodríguez Sesmero. El tercer piso fue encargado a Jenaro de la Fuente que como solución de acceso diseño la espectacular escalera helicoidal que desapareció con el derrumbe parcial del edificio en 1999 Es el primer ejemplo del estilo eclecticista afrancesado A continuación, la Escuela de Artes y Oficios, de Michel Pacewicz, una de las pocas propuestas neogóticas para la arquitectura civil, o su vertiente religiosa en Santiago de Vigo, de Manuel Felipe Quintanilla. Pero sin duda, uno de los protagonistas de la arquitectura viguesa es Gómez Román, autor del actual Banco Pastor, y del inmueble anexo. Este ejemplifica la última apuesta del romanticismo. El regionalismo gallego se aprecia en el uso de la piedra en los balcones, donde había sido sustituida por la forja en los últimos años. Aquí, como en obras de Palacios, se aprecia la influencia de la Escuela de Chicago. Casa Bárcena (Centro Social Novacaixagalicia), de Jenaro de la Fuente; actual edificio de Pórtico, de la familia Sesmero; el Banco Popular, de Pacewicz, o Caixa Galicia, de Quintanilla son ejemplos de esta arquitectura monumental llena de curiosidades como la simbología de sus esculturas a la ciudad: Mercurio y Vulcano (comercio e industria) e imágenes alusivas a las antiguas civilizaciones en el Banco Pastor; el cadúceo, la rueda y la hoz, en la Casa Barcena. El teatro García Barbón, el edificio Sanchón, el hotel Moderno o el edificio Simeón son otras de las joyas de un Vigo que pese a estar muy visible continúa oculto.
Fuente: http://www.atlantico.net
No hay comentarios:
Publicar un comentario