El 5 de septiembre se cumplió un aniversario más de la creación de la carrera de Arquitectura y Urbanismo en Guatemala en la Universidad de San Carlos, cuando el arquitecto Roberto Aycinena la presentó ante el Consejo Superior Universitario. Una carrera que se inició como un Departamento en la Facultad de Ingeniería.
Pero su estructuración se debió al esfuerzo de los maestros arquitectos Roberto Aycinena, Jorge Montes y Carlos Haussler. Fueron días aquellos en que un pequeño grupo de estudiantes nos repartíamos en diferentes sedes de la Universidad, para lograr ir cumpliendo los currículos.
En la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacia se recibían los cursos básicos matemáticos. En Humanidades, los aspectos humanísticos.
Diseño, en el edificio que ocupó la antigua Embajada de México, al costado del Palacio Nacional.
Por fin, quedamos firmemente establecidos en la 8a. avenida y 11 calle, antiguo edificio de la Facultad Ingeniería: hoy un espantoso estacionamiento, un monumento con triste destino. Al igual que cientos más en el Centro Histórico, ante la falta de planes adecuados.
La creación de esos estudios me lleva a recordar aquellos principios filosóficos con que nos formaron a los futuros arquitectos. Las exigencias en materias de diseño fueron un reto.
Interveníamos en aspectos de identidad nacional y apego al medioambiente natural con la función, forma y confort bioclimático de los edificios en forma natural.
Urbanísticamente ante la industria se discutían planes de reguladores, como el uso del suelo, su entorno y la falta de servicios básicos, los conjuntos suburbanos y el área metropolitana. Pasamos por la crisis energética, el terremoto de 1976 y la restauración y reconstrucción de edificios y zonas de pobreza.
Ahora hay aplicaciones informáticas y computadoras más rápidas de diseño, y otras cosas más que permitirán cambiar las formas y espacios en nuestras ciudades.
En el mundo se está buscando las bioenergías con paneles solares y donde el agua se reciclará en un 80 por ciento.
Pero hay algunos trayendo a Guatemala ideas postindustriales como el “Neourbanismo”, criticado por el Geógrafo David Harvey, que les dice: “Neoconservadores… el Nuevo Urbanismo ensambla mucho de su retórica con la del poder político de apelar a la “estructura de comunidad” como una panacea para resolver nuestros problemas sociales y económicos como también a nuestras enfermedades urbanas…”, y las de Peter Kats “…y sin poder ser aplicado a las viviendas de los pobres”.
Y nosotros en un subdesarrollo y con una crisis económica a las puertas… Creo que mejor deberíamos repensar aquellos principios de los maestros cuando decían: “sean auténticos”.
La arquitectura no es un objeto de consumo per se, son espacios físicos para que el ser humano viva adecuadamente.
Fuente:http://www.prensalibre.com
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