miércoles, 5 de octubre de 2011

Construyendo una mente bioclimática


Los actuales proyectos de ‘ecociudades’ incorporan a su diccionario de sostenibilidad la eficiencia energética que pasa indefectiblemente, por ejemplo, por una arquitectura bioclimática . Y es que a pesar de lo enrevesado de los términos, aprovechar la energía en nuestras casas para hacer nuestro día a día más confortable y contaminar menos consumiendo luz, gas o electricidad, en general, es posible. Es compatible. Es la filosofía de las ‘biocasas’ orientadas a distanciarse del concepto convencional de construcción por el de futuro.
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En este sentido, hay que tener en cuenta factores determinantes a la hora de la construcción como son clima y latitud que, según Jesús Simón, de la Fundación Hidrógeno Aragón [entidad que mantiene un convenio de formación con SEAS Estudios Abiertos para el Desarrollo de las Nuevas Tecnologías del Hidrógeno en Aragón], influyen a la hora de "estimar las necesidades energéticas para disponer de confort todo el año o para determinar, según la trayectoria solar, su aprovechamiento".De ahí, también, que los primeros experimentos vengan realizándose en edificios municipales.
Por ejemplo, el presente año 2011, el ayuntamiento de la capital navarra ha firmado su Plan de Acción para la Energía Sostenible con 46 medidas concretas con el fin último de reducir en 40.000 toneladas la emisión de gases de efecto invernadero de aquí a 2015. Esta batería de apuestas por la eficiencia energética pasará por 202 edificios de titularidad o gestión municipal. He aquí el ejemplo: 25 edificios de oficinas, 7 bibliotecas, 19 polideportivos o instalaciones deportivas, 15 inmuebles donde se ubican las unidades de barrio y 7 apartamentos tutelados (el ahorro energético llevado a la vida doméstica desde una perspectiva solidaria). Aunque no hay un modelo standard de edificación pública, expertos como Jesús Simón, reconocen que "cada vez tiende más a apostar por la eficiencia energética en sus instalaciones". En este sentido, y en el marco de las energías renovables, la eficiencia energética está regulada por ley en nuestro país, a través de dos documentos: "El RITE (Reglamento de Instalaciones Térmicas en Edificios) y el CTE (Código Técnico de Edificación) disponen de aspectos relativos a los mínimos a alcanzar en edificación relativos a eficiencia y ahorro energético relativos principalmente a: mayor rendimiento de los equipos térmicos en edificación, mejor aislamiento, regulación y control, obligatoriedad de uso de sistemas de energías renovables y uso de sistemas de iluminación eficientes".
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No nos engañemos: no hemos inventado nada. Más bien podemos implementar la tradición del ahorro energético con las nuevas tecnologías. Y es que antaño, las culturas que nos anteceden aplicaban conceptos que para nosotros ahora son respetuosos con el medio ambiente y no implican un cambio a peor en nuestras rutinas. Son aspectos como la ubicación de los pueblos, orientación de las ventanas y el uso de materiales con propiedades térmicas, como la madera o el adobe (que en su día y ahora) cumplían una función específica.
El Gobierno central también ha aprobado en fechas recientes una hoja de ruta similar a la de Navarra y que heredarán futuros gabinetes para que España avance en eficiencia energética partiendo desde las instituciones. Desde el sistema de calefacción o refrigeración hasta la elección de un sistema de iluminación adecuada, de la instalación y orientación de las oficinas, etc. todos los detalles de la construcción deben pasar por un estudio de amortización que evite que derrochemos la energía que consumimos. Por supuesto, todos los planes estratégicos implican en cierta manera una comunión con el medio, porque no debemos olvidar que construimos en un entorno y adaptarse a él y aprovechar las ventajas que nos brinda (pongamos como ejemplo orientar adecuadamente el edificio para aprovechar la luz solar y evitar el consumo excesivo de electricidad) es trabajar por la eficiencia energética. Y en estas pequeñas ideas se sustentan los programas de los gobiernos, máxime cuando España posee un potencial por explotar para conseguir colocarse a la cabeza de las construcciones bioclimáticas.
Construir partiendo de esta base evita un impacto medioambiental  un efecto negativo sobre el terreno. Saber cómo y dónde es conveniente edificar es la base de la eficiencia energética para no caer en errores que pueden acabar en desastres cuando no respetamos nuestro compromiso con el medio ambiente.
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Retomando la línea de lo anterior, la propuesta de Industria, es ambiciosa. Con el nombre de Plan de Ahorro y Eficiencia Energética 2011-2020 del Gobierno se pretende reducir en 400 millones las toneladas de emisiones de CO2 que van a parar a la atmósfera. También, calculan en el Ejecutivo, se evitará importar hasta casi mil millones de barriles de crudo, cuyas reservas apuntan a un final no muy lejano.
Por ejemplo, lejos de nuestras fronteras y a raíz de la crisis energética desencadenada por el tsunami del 11 de marzo, el gabinete de Naoto Kan en Japón ha aprobado el pasado mes de junio un proyecto que pasa por estipular un escrupuloso horario de jornadas laborales, de utilización de aparatos de aire acondicionado a determinadas temperaturas y horas exactas y que pasa por uniformar con una vestimenta adecuada a todos los trabajadores. Son medidas, que también pasan por cumplirse en los hogares japoneses, porque a día de hoy no energía suficiente para abastecer a toda la población. A priori parecería que no, pero estos puntos pasan por un plan de ahorro cuando la base de alimentación energética, como es el caso nipón, se derrumba por un acontecimiento de la magnitud del ‘gran terremoto’.
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Pero, ¿Y en casa? Las  nuevas viviendas cumplen con una serie de pesquisas legales que, afortunadamente, ya concuerdan con la idea de optimizar nuestro consumo de energía que, por otro lado, es positivo para el bolsillo del ciudadano, porque adelgaza sus facturas y, aunque a veces no tenga conocimiento de ellos, ahorra en términos energéticos. Jesús Simón subraya que "son cambios que no tienen porque producirse de forma inmediata, lo que implicaría un gran desembolso económico, sino que puede ser una tendencia natural conforme se va agotando la vida útil de los equipos obsoletos y poco eficientes".Desde una bombilla de bajo consumo, hasta programar un período de tiempo para refrigerar las estancias de una casa, apagar los electrodomésticos en lugar de dejarlos en suspensión, aprovechar en verano o invierno las horas de luz para calentar la casa o, en su defecto, para ventilarla de forma natural. También, orientar la habilitación de cada habitación según su uso, por ejemplo, un pequeño despacho dedicado al estudio debe siempre organizarse en torno a un punto bien iluminado, con una orientación solar acorde a las necesidades. Casi todas estas propuestas parten de cada uno y son puntos de eficiencia energética.
En materia de construcción de viviendas, los arquitectos analizan el terreno sobre el que se levantará el futuro edificio. Éste ha de ser objeto de estudio previo para que en un futuro no derive en problemas de sostenibilidad. Lo último en construcción son las cubiertas ajardinadas , que están empezando a implantarse en los rascacielos de grandes capitales, como Londres. Compiten con las cubiertas de paneles solares para abastecer energéticamente, de forma parcial o total, a sus inquilinos.
Por supuesto, la nueva construcción pasa por aprovechar las corrientes naturales de aire, que en términos arquitectónicos se denomina, ventilación cruzada; de igual forma que se levantan parques eólicos en virtud de comarcas en las que soplan determinados vientos con relativa frecuencia, también esto es objeto de estudio para evitar el uso abusivo del aire acondicionado en verano. Los aislantes internos en la construcción también refuerzan la llamada inercia térmica y actualmente es una de las primeras exigencias, después del estudio del terreno, porque se evita construir muros gruesos en exceso, y también se suprimen los llamados puntos de pérdida de calor.
Con estas premisas, lo que tendríamos sería una casa pasiva, que es aquella que define Jesús Simón, de Fundación Hidrógeno Aragón-SEAS, "cuyo objetivo es aprovechar los recursos naturales de origen renovable como la energía solar y el viento u otros aspectos como la humedad de cara a obtener un estado de confort térmico en el interior de la vivienda”. En otras palabras, manejando estos conceptos nos encaminamos a la generación de edificios autosuficientes, que respetan las premisas medioambientales y dan un giro al concepto tradicional de lo que ha venido siendo la construcción por una nueva corriente que apuesta por la conexión con el entorno y la producción de energía limpia.
Fuente: http://www.rioja2.com

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