En su reciente visita a Ibiza para supervisar las obras de los dos edificios que construye en la zona del paseo Marítimo, el laureado urbanista francés que edifica en tres continentes a la vez repasa el estado de sus emblématicas obras en la isla y sus proyectos en el mundo, cómo afecta la crisis a la construcción de grandes obras y el uso de las nuevas tecnologías aplicadas a su trabajo.
JUAN SUÁREZ | IBIZA
Jean Nouvel –Fumel (Francia), 1945– posee, entre otros prestigiosos galardones, el Pritzker de arquitectura. A sus emblemáticas obras como la Torre Agbar en Barcelona y el proyecto de ampliación del Museo Reina Sofía se suman los dos edificios que construye en Ibiza al mismo tiempo que el Museo Louvre de Abu Dhabi, la ampliación de las galerías del Museo de Arte Moderno de Nueva York, el Museo Nacional de Qatar y el Hotel Catalonia en la Plaza de Europa de Barcelona. A su currículum arquitectónico añade el Museo du Quai Branly en París y la sede de Cartier. A sus más de sesenta años considera que está en la madurez de su carrera y no sueña con hacer ninguna obra en particular. Nouvel habla en exclusiva para Diario de Ibiza sentado en el espigón del puerto deportivo Marina Ibiza.
—¿Cuál es su relación con su socio el arquitecto José Ribas?
—Tengo una gran complicidad con José Ribas G & José Ribas E., padre e hijo, que forman la empresa Ribas & Ribas Arquitectos. Es una relación importante a nivel profesional y entrañable a nivel personal. Me siento en España como en familia.
—¿Cuándo empezó esta relación profesional?
—Hace siete años con una obra en Barcelona que al final, por distintas razones, no se llevó a cabo, pero que sirvió para iniciar nuestra relación.
—Usted mantuvo una relación mucho más antigua con el arquitecto Josep Lluís Sert relacionada con la arquitectura mediterránea. También con Ribas padre. ¿Cómo ha funcionado?
—Esto viene de mucho tiempo atrás. Es una relación de equipo, entre tres amigos que intercambian sus conocimientos y opiniones sobre el paisaje común y la arquitectura que nos rodea.
—¿Cuál es su siguiente proyecto en España?
—Hemos proyectado el Hotel Catalonia que se levantará en la Plaza Europa de Barcelona. Está en plena construcción, tendrá 358 habitaciones, un restaurante panorámico, fitness, spa, piscina, solárium y aparcamiento. Son dos torres comunicadas.
—¿Además de este, qué otros proyectos tiene en Francia?
—Hay varios en marcha, entre ellos, la Alcaldía de Montpellier y el Teatro de Perpiñán.
—Usted construye en tres continentes en la actualidad. ¿Qué otras obras tiene por el mundo?
—Estamos en la útima fase del Louvre de Abu Dhabi, que estará listo probablemente en 2012. También construimos el Museo Nacional de Qatar y un proyecto en el que el MOMA, (Museo de Arte Moderno de Nueva York) va a ampliar sus galerías. Ahora estoy terminando un proyecto en Londres situado delante de la catedral de Saint Paul. A grandes rasgos son las obras más destacadas.
—¿La situación de crisis económica está obligando a los arquitectos a buscar clientes y obras en países fuera de los circuitos habituales?
—Sí, ahora, por ejemplo, estamos presentando dos importantes proyectos en Lima (Perú), un país donde yo nunca hubiese pensado construir algo. Pero el momento actual lo presenta así.
—¿La tecnología está cambiando la forma de construir y alejando a los artistas de la arquitectura pura?
—Sí, porque la arquitectura responde a la evolución del tiempo, pero no siempre tenemos que utilizar las nuevas tecnologías, aunque aparecen algunas cosas que nos conviene introducir, ya que son muy interesantes para la propia arquitectura. Yo, como arquitecto y a mis sesenta años, tengo la libertad de elegir si las utilizo o no.
—¿Qué proyecto sueña con hacer algún día o en algún sitio?
—Estoy abierto a cualquier propuesta. Luego aceptaré o no, pero no sueño con ningún proyecto en particular.
—¿Está usted satisfecho con las obras de los dos edificios que construye en Ibiza?
—A los arquitectos nos piden que vayamos mostrando la evolución de un proyecto. No es el mismo caso que el de los pintores, que enseñan su cuadro una vez terminado. El edificio principal de Ibiza está actualmente en una fase de construcción visualmente difícil de entender. Pero lo importante es que las obras van a un buen ritmo.
—¿Los problemas que tuvo con la constructora han afectado a la calidad final del edificio?
—Estamos aquí para controlar la calidad del edificio, pese a que hubo unos problemas al principio que ya se han solventado. Entregaremos un edificio perfectamente acabado, con las calidades que estaban previstas en un principio.
—¿Cuál es la parte más complicada de la emblemática obra del Paseo Juan Carlos I?
—Lo más problemático será la jardinería con plantas multicolores de la fachada en forma de boa que será lo más emblemático y lo que dará una personalidad especial al edificio.
—¿Cuándo piensa inagurar este proyecto?
—Me garantizan que la gran mayoría de flores y plantas estarán colocadas en abril del año que viene, así que yo díría que podríamos inagurar a finales del 2012.
—En declaraciones a Diario de Ibiza usted apuntó que el puerto necesitaba una reforma.
—En su momento se plantearon una serie de estrategias para remodelar el puerto a las autoridades competentes. Veo que se han producido cambios en las nuevas instalaciones marítimas.
—¿Le ha surgido algún otro proyecto en Ibiza?
—No lo creo, pues estos dos edificios han supuesto una gran inversión de trabajo para mí.
—¿Sigue pensando que este es el lugar adecuado para la construcción de estos dos edificios?
—He pensado en un edificio de apartamentos con una similitud a un puerto lleno de barcos. Es un conjunto muy adecuado para Ibiza, a su clima y a su vida lúdica con esas grandes terrazas sobre una vista panorámica magnífica. Esta edificación no tendría sentido en una ciudad eminentemente urbana.
Fuente:http://www.diariodeibiza.es
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