jueves, 15 de diciembre de 2011

Arquitectura simple e inteligente

En solo cinco años, los Premios Ascensores Enor de Arquitectura han conseguido auparse como unos de los galardones de más prestigio en España, apoyados en la calidad de los proyectos y en la de los miembros del jurado. Uno de sus integrantes fue, en ediciones pasadas, el portugués Eduardo Souto de Moura, que recibió un homenaje durante la gala de entrega de los Premios Enor 2011 celebrada este lunes en el teatro del Centro Cultural Novacaixagalicia, de Vigo.
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El presidente del consejo de administración de Enor, Ángel Santorio, dijo que Souto ejemplifica los rasgos de lo que debe ser la arquitectura como respuesta a las necesidades humanas. «El jurado que le concedió el Pritzker destacó en ella que, tras su apariencia simple, está imbuida de inteligencia, seriedad y rigor», recordó Santorio.
Este año, el ganador del Gran Premio Enor fue el arquitecto andaluz Juan Domingo Santos, por el Museo del Agua de Lanjarón (Granada). Ubicado en unas antiguas construcciones utilizadas como matadero municipal, la intención era preservar el entorno natural de la especulación urbanística mediante la creación de un itinerario que relaciona la nueva actividad con las infraestructuras de agua y algunas arquitecturas próximas como molinos y un antiguo lavadero público. Delante del conjunto se ha dispuesto una plaza de naranjos ligeramente elevada del suelo, con prefabricados de hormigón apilados y troncos de eucalipto de diferentes tamaños que se inundan temporalmente con el agua de la acequia, lo que configura un espacio con aspecto diferente a lo largo del día.
El fallo destaca «la sensibilidad con la que se recuperan construcciones carentes de valor con un recuerdo colectivo lastrado por su uso anterior, y se consiguen unos valores que amplifican las resonancias que el contenido del museo pueda mostrar».
El premio para el mejor proyecto de Galicia recayó en el Parque Arqueológico del Arte Rupestre de Campo Lameiro, del estudio de Santiago RVR Arquitectos. Un gran hueco atraviesa transversalmente el edificio conectando el camino que parte del aparcamiento con el que vertebra las circulaciones a través del parque. Este hueco es también el zaguán de entrada a los principales espacios públicos del centro: vestíbulo, espacios de exposición y tienda-cafetería.
La construcción de una red de caminos y senderos hizo posible la integración de los grupos de petroglifos en un conjunto de recorridos coherente, que permiten al visitante ir descubriendo los gravados a medida que recorre el parque. Como complemento a la red de caminos se crearon una serie de áreas de descanso distribuidas a lo largo de los recorridos.
El Aulario de la Facultad de Biología de la Universidad de León (Belén Martín y Daniel Díaz); el edificio de laboratorios y almacenes químicos de la Universidad de Alcalá de Henares (Héctor Fernández-Elorza); el bar Jardín 9 de abril de Lisboa (José María Cumbre); y el Gimnasio 704, en Barberá del Vallés (Harquitectes) completaron el panel de premiados.
Fuente:http://www.lavozdegalicia.es/

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