lunes, 24 de septiembre de 2012

2 Viviendas sociales, Torre de Miguel Sesmero / GAas architecture studio

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En la comarca de Llanos de Olivenza, al oeste de la provincia de Badajoz, limitando al oeste con Portugal, se sitúa la parcela de referencia. En la calle Barrio de la Iglesia, en el extremo oriental de Torre de Miguel Sesmero, la parcela de geometría poligonal cuenta con una superficie de 162,63m2. Está situada entre medianeras y ubicada dentro de una manzana que se ha loteado en pequeños solares, destinados en su mayoría a un uso industrial.
© Fernando Alda
Aunque la calle se sitúa a las afueras del municipio permanece próxima a su centro del que hereda sus características propias, se trata por tanto de una calle estrecha, 5m de ancho de media, y con edificaciones de menos de dos plantas de altura sobre rasante. Además se añaden dos condiciones que le dan un carácter especial. La primera de ellas, es la cercanía de la Iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Candelaria, un edificio religioso construido a finales del siglo XVI por maestros de Zafra, con un imponente volumen que domina el horizonte del municipio; la segunda, es su condición de borde, que es aprovechada para experimentar sobre la domesticidad de la imagen de los edificios industriales que se sitúan en los puntos de charnela entre el campo y ciudad.
© Fernando Alda
Transferencia de Paisajes Intermedios
© Fernando Alda
La mirada contemporánea sobre la ciudad requiere del reconocimiento de los vectores que afectan a una realidad urbana densa, que negamos museificada, obligada a convivir con discursos cruzados, que llegan a ser fracturados y disléxicos. La ciudad es como un poema abierto, que se hereda y, que cada generación tenemos la responsabilidad de dar continuidad. Pero la respuesta está condenada a ser fragmentaria e incompleta; una línea que se suma al poema, una pieza de un engranaje sin fin, porque la ciudad es un poema que nunca acaba.
© Fernando Alda
El proyecto suma una línea nueva al poema, un nuevo eslabón en la ciudad, que reconoce su origen pero cuyo destino último poco le importa. La idea de sumar es la que persigue el proyecto con especial obsesión, buscando disolverse en el medio en el que trabaja. Pero su colonización es siempre crítica respecto al lugar al se incorpora. El edificio se acomoda entres sus piezas contiguas y no deja de tener ese carácter extraño con el que se suma a las situaciones. Solo la realidad compartida de tanta diversidad de objetos es lo que constituye esa difícil idea de espacio común urbano.
Planta 01
Intervenir mediante estrategias que respondan de forma material al contexto donde se inserta es, en definitiva, compartir y pertenecer a un lugar. Sin necesidad de recurrir al folclore. Sin renunciar a la contemporaneidad. El acercamiento, pretende establecer vínculos con la memoria y con la realidad  más próxima, como un rumor continuo que pide ser escuchado atentamente.
Planta 02
La transferencia de paisajes es el mecanismo a través del cual el objeto proyectado adquiere propiedades o características del entorno, buscando un efecto recíproco respecto al lugar que ocupa. La condición de borde de la parcela es aprovechada para reinventarse sobre la adaptación doméstica de las construcciones industriales, que se sitúan en los puntos de charnelas entre campo y ciudad. La mirada foránea permite apreciar las cualidades de aquello que aunque cercano no es evidente. Mediante un sistema constructivo sencillo y la baja tecnología de los elementos de una arquitectura primitiva, intentamos redescubrir, de forma creativa y reformular una arquitectura industrial. La esencia constructiva de los secaderos extremeños se trasfiere de la periferia a nuestro edificio: La construcción de un volumen tamizado por las celosías de las fachadas, que permiten la iluminación y ventilación de los espacios; un forjado sanitario que lo aísle de la humedad del suelo; y habitaciones colgantes, como si de un sistema de secado se tratase.
Elevación
El resto del proyecto se apoya en estrategias compositivas para resolver el programa funcional. En una parcela comprimida, las diferentes estancias de las viviendas se van haciendo su propio hueco. Cada vivienda se desarrolla en dos plantas, con una planta baja muy diáfana, donde se desarrolla la zona de día, y una escalera, libre en todo su hueco, que comunica con la planta superior. En la planta primera se sitúan los dormitorios, que “cuelgan” de la propia cubierta. En este sentido, no sólo existe una zonificación por usos, sino que esta condición diferente se traslada a las características físicas de los espacios, comprimiéndose en las zonas de descanso y recogimiento, y expandiéndose en las zonas de principal uso diurno.
Corte
La cubierta le ofrece continuidad a la fachada, incluso en su materialidad. Mediante geometrías facetadas, se comprime y se recorta adaptándose al volumen único y homogéneo de la pieza, fuertemente caracterizado por la pendiente de la calle. El edificio que anteriormente se acercaba a un contexto industrial inmediato, se levanta ahora sobre su perfil y se distancia para sumarse entre el entorno urbano y las lomas y llanos del paisaje agrario.
Diagrama
Fuente:http://www.plataformaarquitectura.cl/

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