jueves, 13 de septiembre de 2012

Casas que dan la nota

Que las inmobiliarias naufraguen por la crisis no es excusa para que la inspiración no encuentre en la arquitectura su agosto. Tan sólo hay que pulsar las teclas y los trastes adecuados para que la imaginación fluya entre planos y escuadras creando edificios que dan la nota.










Sabemos dónde viviría Mozart en el siglo XXI. La espectacular Casa Piano funde música, arquitectura e imaginación en la ópera prima de un grupo de estudiantes de la Universidad Tecnológica de Hefey (China). Consta de dos alas principales. La primera, con paredes negras y diseño en forma de piano de cola que sirve de base para el Recinto Ferial que aloja y constituye el apoyo fundamental para la otra mitad de la estructura: una impresionante habitación de paredes de vidrio transparente en forma de violín, cuyas cuerdas y trastes gigantes han sido adaptados como una escalera mecánica para permitir el acceso al interior. No tiene ventanas, no las necesita. Los paneles de cristal que componen el exoesqueleto atrapan la luz natural aportando una claridad diurna al interior del edificio, que enciende un concierto de luces de neón por la noche, como si mutara su corte clásico y se preparara para interpretar una balada de jazz. Una casa que dará al traste con el mito de que la arquitectura original está en crisis.
El ojo de Horus, como un Gran Hermano de la época faraónica, vigila nuestros pasos desde el cielo... y ahora también, desde la tierra. El arquitecto español Luis Garrido es la batuta que orquestó la construcción de este eco-palacio para Naomi Campbell pensado para resistir cualquier armageddon. Un edificio a imitación del ojo del halcón divino, un símbolo protector a escala agigantada para la "diosa de ébano", que se encuentra anclado en la exótica Playa de Cleopatra, en Turquía. De hecho, la maqueta de este proyecto tan sobrio se convirtió en una finca que ocupa las hectáreas suficientes como para que el diseño se aprecie desde el espacio. La casa de cristal abovedado asegurada con vigas de acero ofrece unas vistas espectaculares al cielo, la cúpula cambiante de la Tierra, y está provista de un sistema geotérmico que le permite abastecer de energía suficiente a sus veinticinco habitaciones y de un sistema de tratamiento de aguas residuales. Los paneles de vidrio esmaltado son una puerta siempre abierta para la luz natural, y la jardinería y las persianas inclinadas permiten que el calor inclemente del verano turco no sea un problema, a pesar del cambio climático.
La Tierra ya tiene un ojo para vigilar la órbita de la luna.










Por fuera parece una casa de madera enmohecida, arañada y desgastada por los años y la lluvia. Por dentro, no obstante, sorprende una decoración moderna propia de la casa de un espía. La vivienda se encuentra perdida en el corazón de los bosques de Portland, en Oregón, y constituye el refugio ideal para aquellos que desean disfrutar del mayor comfort rodeados de la flora virgen. Que desean revivir el sueño de la casa del árbol de su niñez en versión adulta. Las curvas y las ondulaciones de su fachada que la asemejan a una especie de buque espacial se reproducen en el interior en forma de techos cóncavos revestidos de madera, como si estuvieran a punto de desplomarse; puertas con forma de trapecio y paneles de cristal dominando las paredes. Una estética vanguardista con los muebles más lujosos en las que la rígida geometría compite por el espacio con la voluptuosidad.
Hay una casa en la que todo está patas arribas... literalmente. La Casa al Revés ha dejado de ser el fruto en la ficción de los terremotos y las series de dibujos animados para saltar a la vida real de la mano de Daniel Czapiewsky. Un arquitecto que hizo honor a la canción de Fito y Fitipaldis y decidió "empezar la casa por el tejado" para atraer a los turistas con su visión particular sobre los tiempos del comunismo. Lo que pretendía ser un grito a la reivindicación se ha convertido en una de las mayores atracciones de Polonia, aunque muchos de los que la visitan la abandonan a los pocos minutos porque se sienten mareados. Dicho malestar provocó que un edificio de estructura sencilla (salvando el detalle de que lo levantaron al revés) se convirtiera en el récord de tardanza de la constructora: 114 días de trabajo y caos porque los obreros se confundían con los planos y se desorientaban con los ángulos.
Si el vértigo no supone un problema y te gustaría sentirte como flotando en el vacío, visita una casa encallada precariamente entre dos cerros. Tiene forma ovalada, como de cápsula, y el color pétreo de sus paredes permite que se camufle con el entorno. Ironías de la vida, disfruta de una posición privilegiada con unas impresionantes vistas de la garganta donde está encajada. Sin embargo, para poder contemplarla, primero hay que superar el gran reto de vencer el miedo a las alturas y acceder a la puerta de entrada de la vivienda... trepando por una escalera de cuerda.
En esta última casa, no tendrás problema en encontrar el cuarto de baño. A pesar de la Casa Piano que encabeza la lista, el parlamentario y activista coreano Sim Jae-Duck es quien da la nota en nuestro repertorio al haber construido la casa con forma de inodoro con el objetivo de concienciar al mundo de la preocupante falta de este equipamiento en muchas viviendas, sobre todo en aquellas ubicadas en países subdesarrollados y con menor acceso a una higiene adecuada. También pretende concienciar sobre el problema del gasto de agua, pues hasta un 60% de este líquido se pierde por el retrete al tirar de la cadena. Con 419 metros cuadrados de superficie, dos habitaciones y tres aseos completamente equipados, la luz natural que consigue la vivienda gracias a sus paredes acristaladas invita a sumergirse en una buena lectura, y evita miradas indiscretas de los curiosos gracias a un mecanimo que envuelve el exterior de la casa en un cinturón de niebla impenetrable.
Para disfrutar de un momento de intimidad y relajación. Para sentirte como en tu propio baño.
Fuente:http://www.eleconomista.es

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