jueves, 25 de octubre de 2012

Arquitectura viva con bambú

El diseño de Green Village nació de unas vacaciones. Después de un año de dedicarse a su profesión se sintió incompleta; hasta pensó dejar la arquitectura. Entonces viajó a Bali, con el objeto de encontrarse a sí misma y de vislumbrar bien su futuro. No pudo haber caído en un sitio mejor. Luego de visitar la Green School, una unidad educativa levantada con bambú por John Hardy, Macarena Chiriboga encontró lo que estaba buscando. Y se adentró en los secretos de la utilización de este material, llamado por los expertos el ‘acero vegetal’, por su gran resistencia a la acción de fenómenos naturales como los sismos. Junto a Hardy y otros expertos trabajó en el desarrollo de su tesis. “Tuve que respaldar mi propuesta arquitectónica de usar el bambú curvo con un sinnúmero de gráficos y diagramas de fuerzas estructurales. Luego de muchos sinsabores y borradores, mi propuesta ganó el premio a la mejor tesis de la Facultad de Arquitectura”, explica la joven. ¿Cómo es Green Village? Pues son viviendas de altos estándares, levantadas con bambú. Las casas se construyeron en un 99% con este vegetal.
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El porcentaje restante se compone de vidrio, piedra y una porción mínima de concreto en el refuerzo de algunas de las articulaciones. “Es decir, inyectamos concreto hasta el primer nudo de la vara de bambú en los componentes estructurales, para garantizar la firmeza de la junta y evitar que la fibra se rasgue. En la cimentación también utilizamos concreto. La estructura se proyecta hacia abajo tanto como hacia arriba (aproximadamente 8 metros). En el subsuelo, este es el principal material”. El bambú no puede estar expuesto ni a la lluvia ni al sol. Para protegerlo y proveer sombra, explica Chiriboga, solemos proyectar las cubiertas en aleros considerables, que se cubren con paja y siguen ángulos de 45 grados, ideales para desalojar rápidamente las aguas lluvias, tan copiosas en zonas de tanta pluviosidad como Bali o Ecuador. “Cuando diseño hago una maqueta que llevo conmigo al lugar donde compro el bambú. Escojo cada vara, de una en una, según la curvatura que necesito en cada elemento. Es como hacer una escultura. Marco sobre cada bambú una letra que se relaciona con mi propio listado: bambú A1 para cimiento A1”. Ese es el trabajo de Chiriboga. El resto está a la vista en el Green Village de Bali y en otras construcciones en nuestro país.
Fuente:http://www.elcomercio.com/

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