viernes, 14 de diciembre de 2012

House D1 / CLEMENT & RICO – Arquitectos

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Asentada sobre el pedemonte mendocino, en una zona residencial frente a la cordillera de los Andes, y con vistas a la ciudad de Mendoza, la casa diseñada por los arquitectos de CLEMENT & RICO Arquitectos pretende captar la luminosidad y el paisaje aledaño. La topografía presenta una inclinación que es aprovechada en beneficio de la integración con el entorno y de las magníficas vistas. La casa destaca imponente como un edificio casi mágico que asoma entre las montañas, la vegetación y el azul del cielo.
© Germán González Mena
Es por eso que la obra no está orientada en una sola dirección. Lejos de situarse frontalmente, la fachada consiste en una macla de volúmenes rectangulares que buscan captar la mejor vista de la montaña y la ciudad. Estos volúmenes tan perceptibles en la obra varían en cuanto a altura y posición. Esta disposición provoca un sutil juego perceptivo en las fachadas según el cual algunos volúmenes salen del interior atravesando parámetros de vidrio y conformando nuevos volúmenes exteriores, como las terrazas que se volvieron parte integrante del interior y del paisaje.
© Germán González Mena
Es este preciso desplazamiento de algunos volúmenes lo que permite que los rayos solares penetren en lugares muy determinados, creando así líneas de luz en pasillos y escaleras. Los juegos entre luces y sombras, masa y volumen, se aprecian en su totalidad gracias al contraste con la superficie circundante.
© Germán González Mena
Un tema básico desarrollado en este proyecto típicamente moderno es la relación ambigua entre interior y exterior; la frontera entre ambos se confunde. El interior no es un paisaje cerrado sino que se abre para relacionarse con el paisaje exterior. Se valora más en este sentido el recorrido experimentado con el movimiento que una concepción estática del espacio.
© Germán González Mena
Se produce una doble relación del edificio con el exterior. Por un lado la arquitectura constituye un nuevo elemento dentro del marco natural afirmando su independencia, con colores y formas pero a su vez subordinándose a la grandeza y magnitud del ámbito exterior, buscando las óptimas perspectivas de visión. Por otro lado en una escala más espacial, la vivienda cuenta con un estanque que es utilizado como componente arquitectónico, manteniendo el agua siempre presente en el proyecto. Este estanque es tratado formalmente como un volumen puro, el cual se entrelaza con los demás volúmenes conduciendo el agua a través de la obra, por debajo de la escalera que queda suspendida en el agua. Esto aporta una riqueza espacial que radica en el juego de planos de madera que conforman los escalones y en el reflejo que el estanque ofrece resaltando las luces y las sombras del espacio. A su vez la escalera orientada hacia el norte que atraviesa toda la obra verticalmente, es perforada mediante un gran ventanal que provee de luz natural los ambientes orientados hacia el sur.
© Germán González Mena
La vivienda se desarrolla en dos plantas: En planta baja se pueden apreciar los espacios de usos múltiples como son: estar, comedor y estudio orientados hacia el noreste y los espacios de servicio como: cocina, lavandería, dormitorio de servicio y baños, orientados hacia el sur. En planta alta se ubican el dormitorio principal con su baño en suite, vestidor y los dormitorios de los dos niños los cuales poseen su propia terraza. En ambas plantas se mantuvo especial dedicación en lograr las mejores vistas tanto de la ciudad como de la cordillera.
Fuente:http://www.plataformaarquitectura.cl/

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