Los conceptos que identifican un estilo de vida que se denomina verde están cada vez más presentes en la vida diaria. Sin embargo, existen tópicos enraizados que identifican lo ecológico con lo feo, (o la comida biológica con sosa), cuando es lo contrario. Lo demuestra la nueva tendencia de una serie de arquitectos, diseñadores e ingenieros cada vez más involucrados con la forma y el aspecto estético de sus soluciones constructivas.
Es el caso de Water Lilly, un foto-bio-reactor desarrollado por el arquitecto italiano Cesare Griffa como sistema para criar algas sobre superficies arquitectónicas, que tras estrenarse en la Bienal de Arquitectura de Venecia 2012, ha empezado un periplo por muestras y festivales. Acaba de participar en la Swiss Design Network Conference de Lugano y este mes será uno de los protagonistas del simposio internacional Habitar el futuro, que organiza la Universidad Federico II de Nápoles.
Griffa ha desarrollado Water Lilly utilizando tecnologías paramétricas, máquinas de fabricación digital y componentes electrónicos libres de derechos, lo que permite reducir costes. “A través de la fotosíntesis las algas tienen la capacidad de limpiar el aire, absorber CO2 y producir biomasa, que puede ser utilizada como fuente de energía renovable, permitiendo a las arquitecturas que la acogen desempeñar un papel activo en el ámbito de la sostenibilidad ambiental”, explica Griffa. Water Lilly, del que existen tres prototipos, forma parte de una más amplia investigación de Griffa sobre “criaturas arquitectónicas inteligentes”, que ha sido publicada en el libro Smart Creatures. Progettazione parametrica per architetture sostenibili (Edilstampa, 2012). A lo largo de 2013, gracias a una beca de investigación Fullbright, Griffa se trasladará a Nueva York, donde fabricará nuevos prototipos en colaboración con la Rensselaer Polytechnic Institute School of Architecture.
En España, el arquitecto y diseñador Daniel Martín Ferrero intenta transmitir la idea de que la generación de energía limpia puede formar parte de la belleza de la ciudad, su mayor consumidor. Para hacerlo ha desarrollado un sistema constructivo creativo, bautizado “arte fotovoltaico”, que se basa en la multiplicación y ensamblaje de elementos hexagonales de diferente tamaño, con el objetivo de convertir el modulo solar en un material omnipresente en la arquitectura contemporánea. “Un diseño atractivo es indispensable para favorecer la entrada de esta tecnología”, asegura Ferrero, que articula su proyecto alrededor de “la piel activa”, cuyo elemento base es el módulo solar, un material flexible en la fase constructiva del proyecto arquitectónico. “La percepción de la tecnología solar por parte del público debe cambiar. Mi objetivo primordial es desterrar del inconsciente colectivo la imagen de las grandes placas que afean los tejados, sustituyéndola con el vidrio solar, transparente u opaco, elevado a la categoría de material noble”, añade el arquitecto. Además de ser atractivos, algunos de los proyectos propuestos por Ferrero, como unas esculturas solares para el Ayuntamiento de Madrid, estaciones de servicio para coches eléctricos e incluso un prototipo de estadio, tienen la ventaja de que podrían abastecer de energía una amplia área a su alrededor. “Es importante construir edificios singulares, cuyo mayor protagonista sea el vidrio solar, utilizado no solo por su eficiencia, sino también por su componente estética”, concluye Ferrero.
Las nuevas ideas y energías que llegan del mundo de la arquitectura se cristalizan también en el libro Spatial murmuring: migration of spaces and ideas (Papadakis Publisher), de los arquitectos Sonia Nunes Henriques y Jan-Maurits Loecke. El libro, promovido por la arquitecta italiana afincada en España Benedetta Tagliabue, reúne textos sobre las tendencias de la arquitectura contemporánea en estos tiempos de migraciones continuas, voluntarias o impuestas, de voces heterogéneas del mundo del arte, el diseño y la arquitectura.
Fuente:http://cultura.elpais.com/
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