martes, 7 de mayo de 2013

Huis aan ‘t laar / 51N4E


© Filip Dujardin
Arquitectos: 51N4E
Ubicación: Zoersel, Bélgica
Socios 51 N4 E : Johan Anrys, Freek Persyn, Peter Swinnen
Equipo 51 N4 E: Karel Verstraeten, Jan Opdekamp, Aline Neirynck, Paul Steinbrück
Area: 1320.0 m2
Año: 2012
Fotografías: Filip Dujardin , Cortesía de 51N4E
Ingeniería Estructural: BAS/ Dirk Jaspaert, All-Ingineering
Ingeniería Tecnica: Henk Pijpaert
Cliente: Vzw Monnikenheide
Presupuesto: € 1,180,000
Area Sitio: 4,800 m2
© Filip Dujardin
La organización, sin fines de lucro, Monnikenheide se ha convertido en un laboratorio para la arquitectura de la salud en Bélgica durante la última década.  En el terreno, una clínica ambulatoria se estableció junto con una casa de estancia de corta duración, y un hogar para personas que necesitan orientación constante. El 2009, debido a la creciente necesidad de nuevas residencias, Monnikenheide decidió construir un nuevo hogar. Después de un pequeño concurso, a la oficina de 51N4E se le pidió realizar un proyecto residencial con 16 apartamentos tipo estudio para jóvenes con discapacidad intelectual. Los clientes viven en esta casa de día y de noche, y forman parte de un grupo de ocho miembros. Cada grupo tiene un compañero.
© Filip Dujardin
La primera decisión de diseño era dar cabida a estos dos grupos en un mismo edificio. Por razones prácticas y psicológicas, es mejor para estos clientes no tener contacto muy seguido con más de 8 personas más. Por lo tanto, el proyecto consiste de dos casas idénticas. Sin embargo, el edificio nunca demuestra esta doble naturaleza, excepto en la escalera dividida, que corta en el corazón de la casa. Estos tramos de escaleras están en el comienzo de dos rutas distintas y separadas, conectando 8 habitaciones individuales, un baño, un living, cocina, lavadero y un estar con salida al jardín. En algunos lugares, como en el estudio, los dos circuitos se encuentran.
Cortesía de 51N4E
Esta cualidad, un tanto misteriosa, es adecuada para el exterior también. La planta del edificio es irregular, tal como está definido por las condiciones internas y externas. Con el fin de evitar las habitaciones muy rectangulares y excesivamente diseñadas para arquitectura de la salud, el proyecto busca que todas las habitaciones tengan al menos una esquina y una ventana que mire en direcciones distintas que el vecino. Esto en efecto, resulta en diferentes plantas, que no son tan grandes (aunque con una media de 27 metros cuadrados que superan la norma), pero que sin embargo puede ser muy fácilmente divididas en esferas de vida diferentes. Precisamente debido a los árboles existentes (y de las espléndidas vistas que ofrecen), el contorno del edificio se estira con el fin de acercarse al entorno directo.
© Filip Dujardin
Este proyecto es al mismo tiempo un ejemplo perfecto de la arquitectura contemporánea y digna para la salud, y la negación de todos los clichés formales que se podría unir a un edificio de este tipo de servicio. El que se acerca, poco a poco se hace consciente de su presencia en medio de los árboles, montado en lo alto de una colina verde. Por un lado, la pendiente de repente cae, haciendo espacio para lo que pareciera ser las raíces de la construcción, pero que es más bien la entrada a la bodega, donde se pueden aparcar las bicicletas.  No sólo el anclaje en el paisaje (artificial) lo que define la apariencia del edificio – sino que también es el contraste entre el verde del entorno natural, el azul del cielo y el negro de la fachada. Esta fachada está hecha de tablas de alerce siberiano, ligeramente carbonizado para que la superficie se vea oscurecida, y aumentando la durabilidad de ésta.
Autor del Texto: Christophe Van Gerrewey
Publicado en: Abitare magazine #524 – Julio & Agosto 2012
© Filip Dujardin
Fuente:http://www.plataformaarquitectura.cl/

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