La comisión mixta de transferencias cerró ayer el traspaso y el Ejecutivo regional se centrará ahora «en una instalación acorde con nuestras necesidades
El 1 de enero La Rioja será la duodécima comunidad que tiene asumidas las competencias de Justicia. La comisión mixta de transferencias cerró ayer el traspaso y, de paso, abrió la puerta a un nuevo escenario: con el Ministerio técnicamente al margen, el Gobierno regional toma las riendas de la construcción del nuevo Palacio de Justicia.
Y lo hace para empezar de cero, como ya apuntaba el presidente regional el lunes cuando anunciaba la licitación para mediados de enero de la redacción del proyecto. Y se deducía de las palabras de Conrado Escobar, consejero de Administraciones Públicas, tras la firma del traspaso de competencias: «Toca ahora asegurar que el proyecto del Palacio, en su confección, dimensión y ejecución sea conforme a las necesidades de La Rioja y de los operadores jurídicos». Es decir que, a falta de confirmación oficial, el procedimiento en curso, en el que ocho anteproyectos han pasado el primer corte, queda aparcado o deberá adaptarse.
En opinión de Escobar, La Rioja tiene ya todo lo necesario para darle el empujón definitivo a la construcción del Palacio: «La parcela en su totalidad (23.500 metros cuadrados) y la dotación económica suficiente para hacer frente al proyecto». No será la cantidad que pretendía el Gobierno regional, pero si la «suficiente»: 21,1 millones en una sola entrega, más dos partidas de 1,5 millones para equipamiento y modernización informática, respectivamente.
Hay quien interpreta que estas cifras sólo demuestran que, de una forma u otra, el Gobierno regional ha 'comprado' finalmente la parcela, si se tienen en cuenta sus pretensiones iniciales (unos 27 millones de euros) y las que se plasmaron en el acuerdo de Sanz con Caamaño hace algo menos de un mes.
En cualquier caso, la Administración riojana tiene desde ayer 332 personas más en su nomenclatura, seis inmuebles que eran propiedad del Ministerio y una dotación económica anual de 16 millones de euros para los gastos que generará la Justicia.
Escobar lamentaba ayer «la postura de algunos dirigentes socialistas (del Gobierno central) que no han hecho más que poner reparos a los objetivos perseguidos por los riojanos», aunque mostraba su satisfacción por el compromiso adquirido por el Ministerio de Hacienda de retirar la demanda contra la modificación que el Ayuntamiento había introducido para que la parcela tuviera uso exclusivamente judicial.
Aplauso de los profesionales
Polémicas aparte, en el colectivo de profesionales de la judicatura hay unanimidad a la hora de valorar la asunción de competencias. Aunque con matizaciones, Ignacio Espinosa, presidente del TSJR, Victoria de Pablo, presidenta del Colegio de Abogados, y Alberto Herrería, presidente de la Junta de Personal la calificaban de «buena noticia» y coincidían en señalar que «el ciudadano notará que la Justicia le es más cercana».
De Pablo aseguraba que «la descentralización redundará en la optimización de los recursos y la mejora de los servicios y las carencias de medios, tanto materiales como humanos, serán más fáciles de solucionar».
La presidenta del Colegio de Abogados intuye otro factor positivo en el traspaso de competencias: «Ahora será más fácil crear instrumentos tales como los consejos territoriales de Justicia, en el que los operadores jurídicos pueden realizar un diagnóstico de la situación». Lo que no cree De Pablo es que la nueva situación vaya a agilizar la construcción del nuevo Palacio «si no se aprovechan los trámites que ya se habían realizado». Lo que sí pide es que en la nueva instalación prime la funcionalidad sobre la estética: «Que en el jurado que elija el proyecto haya profesionales de la Justicia; no sólo arquitectos y políticos».
Espinosa, aunque como juez no se verá afectado (jueces, fiscales y secretarios son intransferibles) sí lo será «como ciudadano». «Cuando se necesite un refuerzo en un juzgado» -puso como ejemplo- «siempre es mejor que tu interlocutor sea alguien más cercano a tu problema. Que no haya que perder la mitad del tiempo en ponerle al tanto».
Fuente: http://www.elcorreo.com
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