jueves, 13 de enero de 2011

La arquitectura convertida en juego

 

Surgido como un instrumento de gran tamaño para didáctica de exposiciones, el Sistema Lupo se ha extendido y ya cuenta con su versión doméstica y digital
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El estudio de arquitectura de Fermín Blanco no es un estudio al uso. Allí, además de los ordenadores, las impresoras gigantes y el aroma a orden y perfección del gremio, se desprende un clima lúdico. En efecto, en su despacho se pueden ver cajas de Lego, una moto Vespa gigante elaborada con piezas de porexpán, esculturas idénticas a las de Chillida en madera y mil y un cachivaches que denotan que ese espacio es algo especial.
La razón de todo ello se encuentra en el Sistema Lupo, el juego de construcción que Blanco estrenó en el 2007 con un objetivo claro. «Queríamos hacer didáctica de exposiciones de arquitectura e ingeniería -recuerda-. En estos casos, lo más fácil es construir. Tú explicas todo construyendo. Pero, ojo, tú necesitas un juguete imperfecto, uno que si le metes pesos o cargas ceda. Si engancha todo bien solo sirve para hacer formas. Yo quería enseñar estructuras básicas de forma intuitiva, meterles cargas a los puentes, que estos cedieran, etcétera».
Con esas premisas nació la primera versión del juego, en tamaño grande y con piezas de porexpán. «Inicialmente era solo para didáctica -insiste Blanco- pero, poco a poco, nos fueron llamando para otras cosas que no podíamos prever». Lo dice en el pabellón del colegio Dominicos, donde, dentro de las actividades de la Navidad, un grupo de patinadores se han pasado una tarde construyendo y derribando muros con su sistema. «Es combinar la psicomotricidad con el tema de la construcción. Nos llaman para otras cosas, como actividades para ciegos, para interpretación del patrimonio, etcétera».
Entre su trabajo sobresale el encargó que tuvieron del Museo Chillida Leku: «Hicimos un trabajo de interpretación de las esculturas e, incluso, realizamos una versión especial del Sistema Lupo pequeño de madera».


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