Será como una pequeña oruga que vaya creciendo y recorriendo la pared lateral del Auditorio del Centro Niemeyer hasta que, cuando su forma adopte las sinuosas curvas de mujer que salieron del pincel del arquitecto brasileño que firma el complejo cultural, reciba un fondo de pintura amarilla. Y tardará diez días. Se trata del mural que decorará la pared lateral del Auditorio del Centro Niemeyer, una obra que está llevando a cabo la empresa gijonesa Cerámicas La Guía y que supondrá uno de los pocos elementos decorativos con los que cuente la limpia arquitectura del complejo.
El proceso para elaborar este mural en relieve ha llevado muchas horas de trabajo a los ceramistas que, no obstante, han contado con una singular ayuda. Personas como la alcaldesa de Avilés, Pilar Varela, han participado de forma simbólica en la preparación del barro con el que se elaboran las piezas. El director de la Fundación Centro Niemeyer, Natalio Grueso, ha sido otro de los elegidos para dejar una mínima huella en la historia de la construcción de esta singular obra.
Inauguración
El proceso de construcción de este nuevo emblema del auditorio del centro se irá viendo poco a poco. Con una longitud lineal de 80 metros, la empresa encargada de su elaboración y colocación tiene previsto instalar unos diez metros por jornada. De esta forma, durante el periodo de trabajo se podrá ir apreciando cómo de la nada, va surgiendo la silueta de mujer dibujada por Oscar Niemeyer para decorar este espacio.
La idea con la que trabajan los ceramistas es que el mural pueda estar rematado lo antes posible, máxime cuando apenas queda un mes para la inauguración del centro, que se producirá en el fin de semana del 25 de marzo. Y su ilusión, que el propio arquitecto brasileño pueda acudir a Avilés para ver el resultado de su trabajo.
El mural que decorará la pared del Auditorio no será el único dibujo que Oscar Niemeyer vaya a dejar en el equipamiento, aunque sí la única elaborada en cerámica. En la entrada del edificio de servicios múltiples luce ya un dibujo suyo en el que se aprecia a una mujer pasando su brazo por encima del hombro de un joven.
En este mismo edificio, en la zona dedicada a cafetería, una amplia pared con fondo rojo, luce los trazos blancos dibujados por el arquitecto brasileño y que representan a un grupo de personas mirando el mar. Uno de los temas, que junto con la silueta femenina, han inspirado desde siempre a Niemeyer y que ha procurado trasladar a sus trabajos.
Fuente: http://www.elcomerciodigital.com
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