La urbanización es el asentamiento humano predominante del planeta. La tecnología, la demanda de recursos y la presión creada por los actuales modos de producción y consumo han transformado la relación entre los seres humanos y el medio natural. ¿Cómo sobrellevar los efectos de las ciudades y regiones urbanas sobre el ambiente? ¿Cómo crear ciudades más sostenibles?.
La construcción de la ciudad sostenible pasa por atender y procurar que funcione como un ciclo completo de energías y materiales. La recuperación de la ciudad construida, modificada, rehabilitada por sus habitantes es una condición imprescindible para su sostenibilidad. Pacificar el tránsito en todos los planos y distancias resulta una labor prioritaria. Es necesario por tanto una organización de la ciudad, del espacio urbano, acorde con la posibilidad de percibir la totalidad o la mayor parte posible de personas, objetos, energías e información que la conforman. En este sentido, la ciudad tiene que ser abarcable.
Ante todo, es necesario reconocer que las ciudades con potencial para aplicar eficazmente criterios de sostenibilidad son las economías de escala local, basadas en una mayor eficacia en el uso de los recursos renovables disponibles, con opciones técnicas de bajos efectos ambientales, y en densas redes de comunicación que faciliten la introducción de nuevas prácticas socio-productivas.
Para ello, el uso de instrumentos económicos y el cumplimiento efectivo de la normativa ambiental tiene que complementarse con una planificación urbanística participativa y orientada ecológicamente como base estratégica para la sostenibilidad.
Desde la planificación, en cualquier propuesta territorial hay que proponerse alcanzar una ciudad más compacta, con un urbanismo de calidad y una dotación de servicios públicos importantes, incluyendo una gran superficie de zonas verdes y corredores arbolados, con una gran potencialidad para conectarse con el campo.
A ello habrá que sumarle la necesidad de crear una serie de espacios naturales periurbanos que enmarcan el ámbito urbano y funcionan como eco-tono entre la ciudad y el territorio rural. Es lo que generalmente se denomina Anillo Verde.
Por otra parte, es necesario considerar la matriz agrícola, que incluye una importante red de ríos y arroyos sobre un extenso acuífero, bosques-isla, caminos y vías enlazando las rutas rurales y las tradicionales. La imagen se completa con una red para poderse desplazar entre los pequeños pueblos, así como la puesta en valor de la arquitectura rural. Finalmente, se deberá considerar la puesta en valor de los sistemas naturales, como bosques, pastizales y riberas de valor ecológico y paisajístico en la región de pertenencia de la ciudad.
La enorme diversidad de los asuntos a considerar en la elaboración de políticas de desarrollo sostenible, unida a las aspiraciones de transparencia, convierten el diseño de la participación ciudadana en una tarea de grandes proporciones. Si se trata la participación de forma superficial fácilmente podría no ser más que “hablar por hablar”. La tarea de diseñar un proceso de toma de decisiones moderno, transversal, transparente e informado no solo representa un desafío en cuanto a su concepción sino que también requiere un enorme incremento de las capacidades locales para la democratización de las instituciones, públicas y privadas, y la toma de decisiones.
Fuente: http://diarioecologia.com
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