En el kilómetro 2,7 de la ruta aparece una bifurcación. El ramal de la izquierda sube hasta un sequeiro que recibe el nombre de O Calexón -a unos cien metros de cruce- y más adelante enlaza con el camino que sube a Vilar. Para continuar el recorrido hay que tomar el ramal de la derecha.
Unos metros más adelante puede verse a mano derecha el sequeiro de Perreche, en muy mal estado de conservación y prácticamente en ruinas. A continuación el camino cruza el arroyo de Biduedo y discurre al pie de las Penas de Pairiz, una impresionante pared rocosa que se eleva verticalmente y que tuvo que ser labrada a mano en algunas partes para abrir paso al camino.
Últimos tramos
El sendero sigue bajando, cruza los arroyos de O Val y de Penachá -este último solo tiene caudal en las temporadas de crecidas- y finalmente sale a la carretera que conduce de Froxán a Castro Portela. Estamos en el kilómetro 3,7. Ahora hay que girar a la derecha y caminar por la carretera unos pocos metros hasta cruzar el río Lor por un puente de hormigón. Nada más comenzar el ascenso por el vial, aparece a la derecha un letrero -a treinta metros del puente- que indica la dirección de Froxán por un camino que discurre entre muros de piedra. El constante tránsito de carros dejó en este tramo unos profundos surcos que se aprecian en las piedras del firme.
Ya solo falta andar otros cuatrocientos metros para entrar en la aldea de Froxán, comienzo y final de la ruta, que conserva una atractiva arquitectura tradicional.
Fuente: http://www.lavozdegalicia.es
1 comentario:
preciosa arquitectura, sin lugar a dudas, y el resto del entorno del pueblo. vive alguien allí?
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