La estación Casa de Música del complejo de transporte del Metro de Oporto. Una de las grandes creaciones de Souto de Moura. (AP/Paulo Duarte)
“Sus edificios tienen la habilidad única de transmitir al tiempo características aparentemente contradictorias: poder y modestia, bravuconería y delicadeza, descaro público y sentido de la intimidad”. Así describe el jurado del Premio Pritzker de Arquitectura la obra de este creador. Por ello, por su trabajo muscular y monumental, el portugués Eduardo Souto de Moura, Oporto, 1952, ha conseguido este galardón internacional concedido anualmente a arquitectos en vida y considerado algo así como el Nobel de la arquitectura. Influido por la escuela suiza en la búsqueda de la simplicidad y el confort, empezó diseñando casas para su familia y amigos, y luego siguió con cines, centros comerciales, hoteles, oficinas, galerías de arte, museos, escuelas, estadios deportivos e instalaciones de transporte, como el metro de su ciudad, Oporto, donde vive y trabaja. Desde que en 1980 estableció su propio estudio, independizándose de su maestro, el también premiado Alvaro Siza, ha firmado cerca de 60 proyectos en Portugal, España, Italia, Alemania, Reino Unido y Suiza.
“Sus edificios tienen la habilidad única de transmitir al tiempo características aparentemente contradictorias: poder y modestia, bravuconería y delicadeza, descaro público y sentido de la intimidad”. Así describe el jurado del Premio Pritzker de Arquitectura la obra de este creador. Por ello, por su trabajo muscular y monumental, el portugués Eduardo Souto de Moura, Oporto, 1952, ha conseguido este galardón internacional concedido anualmente a arquitectos en vida y considerado algo así como el Nobel de la arquitectura. Influido por la escuela suiza en la búsqueda de la simplicidad y el confort, empezó diseñando casas para su familia y amigos, y luego siguió con cines, centros comerciales, hoteles, oficinas, galerías de arte, museos, escuelas, estadios deportivos e instalaciones de transporte, como el metro de su ciudad, Oporto, donde vive y trabaja. Desde que en 1980 estableció su propio estudio, independizándose de su maestro, el también premiado Alvaro Siza, ha firmado cerca de 60 proyectos en Portugal, España, Italia, Alemania, Reino Unido y Suiza.
Unas mujeres entran la Casa Das Historias, en Cascais. Un museo dedicado a la artista portuguesa Paula Rego, inaugurado en 2009. ¨La pinté de rojo rompiendo con la tradición, y a la vez me sirvió de contraste con el verde de los árboles”. (AP/Armando Franca)
Vista del edificio “Bom Jesus”, construido en las afueras de la ciudad de Braga: ” El arte cambia, como los hombres que siempre encuentran una manera de dar respuesta a esos cambios.” (REUTERS/Luis Ferreira Alves)
Imagen nocturna del Estadio Municipal de Braga, una de las obras favoritas del artista: “Lo construí en forma de anfiteatro en el que los jugadores hacen las veces de actores.” (REUTERS/Luis Ferreira Alves)
Una casa en la Serra da Arrabida, Portugal. La vivienda es una cosa universal que históricamente ha cambiado muy poco. (REUTERS/Luis Ferreira Alves)
Imagen del complejo de oficinas Burgo Emprendimento, en Oporto. El complejo se abre a una gran plaza entre dos edificios, uno horizontal y otro vertical. La plaza está presidida por una gran escultura, obra del arquitecto y escultor de Oporto Nadir de Afonso. (EFE)
El arquitecto portugués Eduardo Souto Moura durante una entrevista la semana pasada: “Siempre he bromeado diciendo que Dios creó mal el mundo, no debería haber descansado el domingo. Por suerte estamos los arquitectos para resolver los errores y dar respuesta a los desafíos.”
Fuente: http://info.elcorreo.com
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