lunes, 29 de agosto de 2011

Una de cal, otra de arena y... un poco de agua

Una de cal, otra de arena y un poco de agua, era la fórmula mágica (mortero de cal) con la que Marco Vitruvio Polión, el arquitecto romano de Julio César, levantaba las casas en el siglo I antes de Cristo, y a la que ahora vuelven su mirada ecologistas, arquitectos, y organizaciones solidarias.
Estas construcciones son "muy interesantes" técnicamente: son antisísmicas, las "más ecológicas" del mundo -tanto en su construcción como en su uso, porque emiten poca huella ecológica-, y gastan poca energía, defiende en una entrevista con Efeverde Antonio Pardos, quien antes de abrazar esta causa se dedicaba al mundo de la promoción de viviendas estándar.
La arquitecta técnica Gadea García es una de las ocho personas que le acompaña en esta aventura, cuando hace mas de un año viajaron a California para conocer de cerca el Instituto "Earth Art and Arquitecture" (Carl-Earth) dedicado a la investigación y desarrollo de la arquitectura sostenible, y fundado por el arquitecto Nader Khalili.
Khalili se inspiró en el método de las antiguas construcciones de superadobe del desierto, basado en la consecución de hiladas de sacos rellenos de tierra estabilizada para optimizar su resistencia.
Inspiradas por y para la naturaleza, tienen forma cónica y visualmente se asemejan a las casa que Steven Spielberg encontró en Tattoine (Túnez) para filmar su Guerra de la Galaxias.
El primer prototipo que el equipo de Antonio y Gadea construyó en California se está levantando ahora en Haití para dar cobijo a los refugiados del terremoto (2010).
Manos a la Tierra es el nombre de la asociación sin ánimo de lucro de este grupo español, que busca difundir y enseñar la construcción de estas casas con sacos de tierra, a las que se aplica mortero de cal.
Actualmente levantan un prototipo en Cuéllar (Segovia) y creen que hay demanda para un público que desea vivir en una casa ecológica, que cuenta ya con un terreno propio, y no quiere hipotecarse de por vida.
Su forma abovedada y los materiales favorecen la buena circulación del aire, lo que permite que sean frescas en verano y calientes en invierno con una mínima fuente de calor.
Según sus promotores, una casa de 80 metros cuadrados, autoconstruida por el futuro propietario puede llegar a costar unos 15.000 euros, dependiendo de los acabados y la equipación que se quiera: geotermia, energía solar, fotovoltaica, energía de biomasa.
Manos en La Tierra ofrece también sistemas ecológicos de reciclaje del agua usada, mediante el empleo de plantas o animales, como las lombrices.
Por dentro, el acabado puede ser con suelo de madera, cerámica, gres.., pero también de superadobe, incluso los platos de ducha se pueden construir con este último material.
La casa entera, de abajo a arriba, puede ser toda de superadobe o mortero de cal, incluido los muebles, que se pueden pintar con diversos colores.
Fuente: http://www.adn.es

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