viernes, 9 de marzo de 2012

Plataforma en Viaje: Termas de Puritama, Germán del Sol

Entre 1998 y 2000 el arquitecto chileno Germán del Sol realiza el proyecto de las Termas de Puritama, localizadas a 60 km. de San Pedro de Atacama, un ejemplo de arquitectura en el paisaje, un oasis en medio del desierto.
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Pocos arquitectos que tienen la inteligencia para entender la esencia de un lugar como Germán del Sol, y que con intervenciones precisas y sin erróneas ambiciones de superar un contexto, sea capaz de realzar la naturaleza circundante, descubrirla y ponerla en valor.
© Guillermo Hevia García
El proyecto consiste en un recorrido que acompaña el cauce del río Puritama, sus aguas termales y pozones mediante una pasarela roja separada del suelo, sin intervenir el territorio, sólo modificando la relación que tenemos con él.
En su transcurso aparecen dos estructuras neutras donde se localizan los servicios y que están en perfecto dialogo con su entorno y permiten llevar a cabo el acto de bañarse. El proyecto se complementa con la propia vegetación y agua que lo funde y mezcla con el territorio.
© Guillermo Hevia García
Celebro la inteligencia para generar una arquitectura silenciosa y carente de ambición de destacar, que muchas veces buscamos los arquitectos con nuestras obras.
© Guillermo Hevia García
Celebro el hecho de colocarse en un segundo plano para dejar que la naturaleza y el lugar aparezcan con mayor fuerza y se pongan al servicio del hombre para poder ser el soporte de una experiencia de ocio y reflexión que tantas veces hace falta.
© Guillermo Hevia García
A continuación el texto de Germán del Sol:
Este río termal fluye generosamente
en un valle escondido a 60 kilómetros
de San Pedro de Atacama, Chile.
El río Puritama crea en su cauce sinuoso,
muchos pozones naturales que se usan
para bañarse desde tiempo inmemorial.
Esta arquitectura en el paisaje
intenta darle esplendor al lugar,
mostrándolo poéticamente,
y hacer posible el uso sustentable
de las piscinas termales naturales,
creando ingresos para la comunidad local.
El muelle de madera levantado del suelo,
invita a seguir el curso sinuoso del río,
y a dispersarse entre los pozones,
sin pisar el pasto y los arbustos,
que crecen en la orilla.
Dos estructuras neutras de hormigón armado
suavizado con yeso pintado de blanco,
alojan todos los servicios necesarios.
Son signos de vida que revelan
la naturaleza brutal del lugar.
© Guillermo Hevia García
Fuente:http://www.plataformaarquitectura.cl/

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