SANTA CRUZ DE TENERIFE Santa Cruz fue ciudad tabaquera, con fábricas de gran porte que embellecieron el urbanismo de la capital. Algunas de estas infraestructuras aún sobreviven y se mantienen en pie, dispersados por el centro de la ciudad. El arquitecto Sebastián Matías Delgado explica que los propietarios de estas fábricas hacían grandes inversiones para construir edificios de gran calidad, que llamaran la atención y se convirtieran en la imagen del negocio.
Estas joyas arquitectónicas que aún se conservan son: La Victoria, La Tinerfeña, La Lucha, El Águila Tinerfeña y La Belleza. Todas en calles céntricas y muy concurridas.
La Fábrica La Victoria, del arquitecto Antonio Pintor, se encuentra en General Mola. Su propietario, Luis Zamorano, logró el visto bueno municipal para construirla el 23 de marzo de 1922. Aunque el permiso era para vivienda y fábrica, sólo se levantó la fábrica.
Matías Delgado resalta que se trata de una construcción diáfana, de poca pared y grandes cristaleras. Las plantas de este edificio rodean un gran patio central. La parte baja fue destinada a la fabricación de cigarrillos y almacenamiento, mientras que en la parte de arriba se seleccionaba el tabaco.
En cuanto a La Lucha, esta fábrica se encuentra ubicada en la Calle El Pilar. De estilo ecléctico, comenzó a ser construida en enero de 1924. El proyecto recibió licencia para nueve viviendas más la fábrica. Su propietario fue Manuel López Luis. En la planta baja se situaban las máquinas, que dependiendo de su capacidad podían fabricar entre 50.000 y 80.000 cigarrillos a la hora. En cuanto al entresuelo, se trata de una galería cerrada. También había espacio para la manufacturación y el secadero. Ahora, esta fábrica tiene sus bajos están alquilados a distintos negocios.
La tabacalera La Belleza, en la Calle Pérez de Rozas, también se mantiene en pie. El arquitecto, Miguel Martín Fernández de la Torre, optó por un estilo racionalista, un estilo de vanguardia en aquella época. Terminó de construirse en 1930. Ángel Carrillo Fragoso fue su promotor. Esa fábrica también consta de una vivienda para su propietario. El edificio cuenta con un espacio central a modo de patio, cubierto con un lucernario, y es el que organiza el conjunto, pues permitía el control de todas las operaciones desde él.
La fábrica El Águila Tinerfeña está en la Calle Pérez Galdós, esquina con Suárez Guerra. En 1923, el Ayuntamiento dio licencia para su construcción, al más puro estilo ecléctico. El promotor fue Manuel Morales Clavijo. El edificio tiene dos fachadas iguales que dan a los calles citadas. La planta tiene forma de abanico y cada piso tenía una finalidad muy concreta. El bajo se utilizaba para la entrada y depósito de las materias primas, oficinas y venta de productos manufacturados.
En cuanto al piso inmediatamente superior, se destinó a la última fase de elaboración del tabaco, es decir, el precintado de las cajas, el anillado y el prensado. En cuanto a las dos últimas plantas, se realizaba el liado a mano y la selección del tabaco.
Se construyó entre 1923 y 1926 fue un proyecto del arquitecto Domingo Pisaca. Una vez cerrada la fábrica, el edificio fue adquirido por Víctor Zurita, propietario del periódico La Tarde, nombre por el que es conocido este inmueble en la actualidad. Cuando este diario cerró, el edificio permaneció vacío hasta que el Parlamento de Canarias lo compró en 1984. En el año 2000 fue remodelado para poder albergar la sede de la Audiencia de Cuentas de Canarias.
Finalmente, la fábrica La Tinerfeña, de Manuel Herrera, de 1880. Ubicada en la Plaza de la Concepción, en pleno centro de Santa Cruz, dispone de algunos elementos ornamentales, pero en general se trata de un edificio elegante, de ventanales ovalados y tres grandes balcones.
Entre las curiosidades que rodean a esta tabacalera, destaca la publicidad que sobre ella hay en uno de los bancos de la Plaza Los Patos. En sus mosaicos se puede leer: Tinerfeña, Fábrica de Tabacos Manuel Herrera. Plaza de la Iglesia, 13.
Otros tiempos
En la época en la que todas estas fábricas estaban a pleno rendimiento, hubo mucho interés por los puros y cigarrillos que en ellas se fabricaban. El diario ABC dedicó en el año 1934 un reportaje a la tabacalera La Lucha. Este trabajo periodístico, que se hizo con la colaboración del gerente de la fábrica, Ramón Franquet y Solé, y del propietario, José López Luis, dejó constancia, no sólo del magnífico edificio de esa tabacalera, sino de todas las demás: "Nos satisface poder ofrecer la realizad de estos edificios suntuosos para que desvirtúen el equivocado concepto que se tiene todavía de la industria tabaquera de Canarias", decía el artículo. Hoy en día, la mayoría de estas infraestructuras están sin uso. El arquitecto Sebastián Matías Delgado, que tiene una magnífica colección de fotografías que venían en las cajas de cigarrros en aquella época, pone como ejemplo la fábrica Victoria. Según él, el Cabildo perdió una gran oportunidad de adquirir ese lugar para convertirlo en una atracción turística como mercado de flores, de libros, de monedas... Un mercadillo al más puro estilo europeo, aprovechando los enormes ventanales por los que entra luz natural.
Fuente:http://www.laopinion.esEstas joyas arquitectónicas que aún se conservan son: La Victoria, La Tinerfeña, La Lucha, El Águila Tinerfeña y La Belleza. Todas en calles céntricas y muy concurridas.
La Fábrica La Victoria, del arquitecto Antonio Pintor, se encuentra en General Mola. Su propietario, Luis Zamorano, logró el visto bueno municipal para construirla el 23 de marzo de 1922. Aunque el permiso era para vivienda y fábrica, sólo se levantó la fábrica.
Matías Delgado resalta que se trata de una construcción diáfana, de poca pared y grandes cristaleras. Las plantas de este edificio rodean un gran patio central. La parte baja fue destinada a la fabricación de cigarrillos y almacenamiento, mientras que en la parte de arriba se seleccionaba el tabaco.
En cuanto a La Lucha, esta fábrica se encuentra ubicada en la Calle El Pilar. De estilo ecléctico, comenzó a ser construida en enero de 1924. El proyecto recibió licencia para nueve viviendas más la fábrica. Su propietario fue Manuel López Luis. En la planta baja se situaban las máquinas, que dependiendo de su capacidad podían fabricar entre 50.000 y 80.000 cigarrillos a la hora. En cuanto al entresuelo, se trata de una galería cerrada. También había espacio para la manufacturación y el secadero. Ahora, esta fábrica tiene sus bajos están alquilados a distintos negocios.
La tabacalera La Belleza, en la Calle Pérez de Rozas, también se mantiene en pie. El arquitecto, Miguel Martín Fernández de la Torre, optó por un estilo racionalista, un estilo de vanguardia en aquella época. Terminó de construirse en 1930. Ángel Carrillo Fragoso fue su promotor. Esa fábrica también consta de una vivienda para su propietario. El edificio cuenta con un espacio central a modo de patio, cubierto con un lucernario, y es el que organiza el conjunto, pues permitía el control de todas las operaciones desde él.
La fábrica El Águila Tinerfeña está en la Calle Pérez Galdós, esquina con Suárez Guerra. En 1923, el Ayuntamiento dio licencia para su construcción, al más puro estilo ecléctico. El promotor fue Manuel Morales Clavijo. El edificio tiene dos fachadas iguales que dan a los calles citadas. La planta tiene forma de abanico y cada piso tenía una finalidad muy concreta. El bajo se utilizaba para la entrada y depósito de las materias primas, oficinas y venta de productos manufacturados.
En cuanto al piso inmediatamente superior, se destinó a la última fase de elaboración del tabaco, es decir, el precintado de las cajas, el anillado y el prensado. En cuanto a las dos últimas plantas, se realizaba el liado a mano y la selección del tabaco.
Se construyó entre 1923 y 1926 fue un proyecto del arquitecto Domingo Pisaca. Una vez cerrada la fábrica, el edificio fue adquirido por Víctor Zurita, propietario del periódico La Tarde, nombre por el que es conocido este inmueble en la actualidad. Cuando este diario cerró, el edificio permaneció vacío hasta que el Parlamento de Canarias lo compró en 1984. En el año 2000 fue remodelado para poder albergar la sede de la Audiencia de Cuentas de Canarias.
Finalmente, la fábrica La Tinerfeña, de Manuel Herrera, de 1880. Ubicada en la Plaza de la Concepción, en pleno centro de Santa Cruz, dispone de algunos elementos ornamentales, pero en general se trata de un edificio elegante, de ventanales ovalados y tres grandes balcones.
Entre las curiosidades que rodean a esta tabacalera, destaca la publicidad que sobre ella hay en uno de los bancos de la Plaza Los Patos. En sus mosaicos se puede leer: Tinerfeña, Fábrica de Tabacos Manuel Herrera. Plaza de la Iglesia, 13.
Otros tiempos
En la época en la que todas estas fábricas estaban a pleno rendimiento, hubo mucho interés por los puros y cigarrillos que en ellas se fabricaban. El diario ABC dedicó en el año 1934 un reportaje a la tabacalera La Lucha. Este trabajo periodístico, que se hizo con la colaboración del gerente de la fábrica, Ramón Franquet y Solé, y del propietario, José López Luis, dejó constancia, no sólo del magnífico edificio de esa tabacalera, sino de todas las demás: "Nos satisface poder ofrecer la realizad de estos edificios suntuosos para que desvirtúen el equivocado concepto que se tiene todavía de la industria tabaquera de Canarias", decía el artículo. Hoy en día, la mayoría de estas infraestructuras están sin uso. El arquitecto Sebastián Matías Delgado, que tiene una magnífica colección de fotografías que venían en las cajas de cigarrros en aquella época, pone como ejemplo la fábrica Victoria. Según él, el Cabildo perdió una gran oportunidad de adquirir ese lugar para convertirlo en una atracción turística como mercado de flores, de libros, de monedas... Un mercadillo al más puro estilo europeo, aprovechando los enormes ventanales por los que entra luz natural.
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