El Colegio Oficial de Arquitectos de la Comunitat Valenciana edita una guía con los 116 edificios más destacados construidos entre 1925 y 2005 y que deberían protegerse patrimonialmente
LAURA BALLESTER No lo ha tenido fácil el equipo científico que, en 2009, se embarcó en la elaboración de la guía «Arquitectura moderna y contemporánea de la Comunitat Valenciana». De unas 600 obras construidas desde Vinaròs a Pilar de la Horadada en 80 años, han seleccionado 116 edificios que el comité científico de la guía considera imprescindibles, representativos y un patrimonio a conservar. Los responsables de esta criba han sido los profesores de arquitectura Carmen Jordán Such, Jaume Prior i Llombart y Andrés Martínez Medina. Y el resultado de su selección se presentaba recientemente en el Colegio Territorial de Arquitectos de Valencia, apadrinados por el decano del Colegio Oficial de Arquitectos de la Comunitat Valenciana (COACV), Ramón Monfort, y la consellera de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente, Isabel Bonig, cuyo departamento ha participado en la guía.
Todas las obras elegidas se han construido en la Comunitat Valenciana entre 1925 y 2005. Las fechas no son casuales. «Elegimos la fecha de 1925 como corte porque consideramos que ya está asumido como patrimonio consolidado todas las edificaciones anteriores. Y porque en 1925 es cuando concluye el Modernismo en nuestros territorios», explicaba Carmen Jordán en la presentación de la guía. «Cualquier amenaza a un edificio modernista levantaría todas las alarmas porque ya se considera un bien patrimonial». Sin embargo, defendió Jordán, existe una arquitectura «más desconocida, menos apreciada y más necesitada de conocimiento, difusión y protección» que desde el COACV quieren poner en valor para evitar posibles amenazas y que, incluso, desaparezcan. «Como ya sucedió en la elaboración del Docomomo de arquitectura industrial para que el propusimos once edificios de los que dos habían desaparecido», aseguraba la catedrática de composición arquitectónica de la Politécnica, Carmen Jordán. Así sucedió con la Fábrica textil Feycu (1957-1960) del arquitecto Agustí Borrell Sensat, «una fábrica valiosísima que desapareció de la noche a la mañana sin ninguna alarma social» y pese a las repetidas protestas del COACV. La selección de la guía de «Arquitectura moderna...» finaliza en 2005 «para dar tiempo a que las nuevas obras sean conocidas y dar un periodo de cinco años, como mínimo, de distancia», explicaba Jordán.
Así que la primera obra incluida, por orden cronológico es el viaducto de Sant Jordi o Pont Nou de Alcoi (1924-1931) de Víctor Eusa Razquín y los ingenieros Carmelo Monzón Reparaz y Vicente Redón. Y la selección finaliza con la Parada del TRAM de Alicante (2005-2006) de Carlos Bañón Blázquez, Andrés Silanés Calonge y Fernando Valderrama. Entre las elegidas figuran muchas joyas desconocidas para el gran público, asegura el arquitecto Jaime Prior, como el Centro de estudios para la gestión del agua, construido en Paterna, entre 1990 y 1992, por Jose Lluís Ros Andreu; el edificio CESA de Alicante (1965-1973) del arquitecto Juan Antonio García Solera, o el Colegio Seminario Mater Dei (1961-1966) de Castelló, construido por Luis Cubillo de Arteaga. Por último, además de cuidar la representatividad territorial (no sólo en las capitales se hace buena arquitectura) la edición de la guía también ha servido a los autores (que consensuaban cada palabra y fotografía ) para desagraviar la intervención de Giorgio Grassi, Manuel Portaceli y Juanjo Estellés en el Teatro Romano de Sagunt. «La crítica europea celebra la excelencia de la intervención; y no consigue comprender a nuestra sociedad, la valenciana, que genera aciertos tan rotundos como estériles son las polémicas subsiguientes en las que se enzarza», asegura Jaume Prior en la ficha del teatro.
Fuente:http://www.levante-emv.com/
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