viernes, 3 de agosto de 2012

Vestuarios y pistas deportivas / GANA Arquitectura

El caso del edificio de vestuarios construido en un parque, en Vélez Málaga, es una actuación que nace con la idea de generar, hacer visibles y aprovechar esos espacios intersticiales que, a menudo, nos oculta la arquitectura.
Apropiación del lugar. Trabajar en el vacío
Desde la gestación de la primera idea se ha trabajado entendiendo proyecto y entorno como un todo indivisible. De esta forma, la arboleda preexistente, las vistas, las texturas naturales, los caminos, el sol… pasan a formar parte del programa arquitectónico generando unos puntos de partida comunes.
© Jesús Granada
De fuera hacia dentro. Convivir en armonía
Se plantea una actuación externa poco agresiva con su entorno, con una imagen y una volumetría exterior neutra y comedida, blanca, sin huecos, que no rivaliza con el lugar en ningún momento. Del mismo modo, las pistas deportivas tienden a diluirse con la vegetación, con unos cerramientos completamente translúcidos y unas pieles metálicas que minimizan su impacto.
De dentro hacia fuera. El parque se respira, te inunda, te envuelve… estás en él
Gracias a la piel generada, el interior se apropia por completo del parque, de manera que los espacios intersticiales del mismo comienzan a tomar protagonismo, creando unas zonas abiertas, cubiertas, semi-cubiertas, semi abiertas, descubiertas… por las cuales se vive el entorno. De esta forma, la zona intersticial se empapa del colorido de la vegetación, huyendo de la neutralidad del exterior.
© Jesús Granada
Edificio y naturaleza.
He aquí un ejemplo de diálogo espacial. Una solución que se diluye y esparce en los espacios intersticiales, que traspasa los entes y los conecta. Que permite que cada uno establezca los límites, las entidades, el problema, la respuesta.

© Jesús Granada
Fuente:http://www.plataformaarquitectura.cl/

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