Girona. (Redacción).- Un proyecto de arquitectura gerundense ha conseguido el tercer puesto en uno de los concursos internacionales más reconocidos del mundo en temas de sostenibilidad. La prueba consistía en diseñar una vivienda de 150 m2 que fuera 100% sostenible, en la población de Atka, situada en las islas Aleutianas, en Alaska, un lugar que debe soportar un clima meteorológico extremo.
De entre 104 equipos multidisciplinares de 21 países, el proyecto gerundense fue obra de 2SiS arquitectos, un despacho formado por David Marès, Josep Callís (profesor de arquitectura de la UdG) y Elisabet Palma (arquitecta 1ª promoción UdG), con la colaboración de Eddie Chalecki (estudiante de arquitectura de la UdG). Ubicado en Girona, trabaja desde el ámbito local en la difusión, práctica e investigación de la sostenibilidad en el campo del diseño y de la edificación.
CO2EN energy consulting es una consultoría encabezada por Antoni Márquez (ingeniero industrial), ubicada en Banyoles dedicada al estudio, práctica e investigación de sistemas energéticos sostenibles. Tanto Marès como Márquez han sido profesores de la Universidad de Girona.
Vivienda confortable y eficiente
Los dos estudios gerundenses se han unido para presentarse al concurso convocado por el Aleutiana Housing Authority y el International Living Future Institute, que ha hecho públicos los resultados recientemente en Portland, Oregón. En palabras de Dan Duame, director del Aleutiana Housing Authority, "Si habéis sido capaces de diseñar una vivienda confortable y eficiente en Atka, sois capaces de diseñar uno de confortable y eficiente a todos los demás lugares del mundo".
La idea fundamental del proyecto gerundense es la separación física entre 2 elementos formalmente expresados: la parte del habitáculo y la parte necesaria para ser autosuficientes energéticamente. Es la imagen tecnológica de los elementos electrónicos: un buen diseño en el contenedor que necesita la información para su desarrollo. El ordenador y el USB, el teléfono móvil y la tarjeta SIM, y en este proyecto: el espacio habitable y el contenedor tecnológico.
Se trata de una vivienda de unos 150 m2, con un programa formado por 3 habitaciones, un trastero, un baño, una cocina y una sala de estar. El proyecto parte del mínimo impacto en el terreno, situando el edificio elevado, respetando así el curso natural de la flora y fauna local. Una vez terminado el ciclo de vida de la vivienda, puede ser desmontado pieza a pieza y devolver el terreno a su estado original retirando fácilmente incluso los cimientos.
Los materiales empleados en el diseño cumplen las prescripciones de Cascadia Green Building Council. Los fundamentos son de acero anclados helicoidalmente en el terreno y la estructura, acabados son de madera. El recubrimiento es de planchas de zinc. El edificio no contempla puentes térmicos en su diseño y está envuelto en todo su perímetro por 20 cm. de aislamiento hecho con derivados de la madera.
Fuente: http://www.lavanguardia.com/
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