La casa Iseami, ubicada en playa Carate (península de Osa, Puntarenas) y diseñada por arquitectos costarricenses, encabeza la lista de las diez casas más sostenibles, según la publicación digital International Business Times .
La residencia –diseñada por un equipo de arquitectos del estudio Roblesarq– fue la más votada entre los lectores del portal por encima de proyectos de países como Alemania, Dinamarca, Portugal, Suiza y Estados Unidos.
Según el sitio web, la casa Iseami reúne tres características que la ubican en la cima de la lista: creatividad, eficiencia y sostenibilidad.
Este proyecto ya había merecido dos reconocimientos en Costa Rica: el primer lugar del Premio Metalco en la X Bienal de Arquitectura 2010 y una mención de honor como diseño arquitectónico en ese mismo certamen.
Amigable con el ambiente. El equipo de expertos –dirigido por el arquitecto Juan Robles– trabajó en el diseño de un proyecto 100% autosuficiente, tanto por los mecanismos de funcionamiento de la casa como por los materiales utilizados para su construcción.
“Debido a que la casa Iseami está ubicada en una zona muy alejada y de difícil acceso, era necesario diseñar una forma alternativa de poder generar agua y electricidad suficientes para su funcionamiento. La solución fue recurrir a un sistema de generación alternativa”, explicó la arquitecta Andrea Solano.
De este modo, la casa cuenta con una bomba especial que permite la captación de agua de una naciente natural ubicada en las cercanías.
Ese dispositivo facilita abastecer la casa de agua potable para el consumo diario y producir energía para otras necesidades, como el funcionamiento de la piscina.
“Para la generación de electricidad se colocaron paneles solares en el techo y en la piscina. Además, los aparatos domésticos de uso diario como la refrigeradora y la cocina están diseñados para consumir muy poca energía”, dijo Solano.
Con una superficie de construcción de 482 metros cuadrados, la residencia tiene como soporte principal un armazón de acero.
Según explicó el arquitecto Emiliano Quirós, todos los materiales utilizados son reciclables y amigables con el ambiente. “Por ejemplo, se colocaron varias estructuras horizontales para proteger la casa de la acción directa del sol y la lluvia, y son fabricadas con una mezcla de plástico reciclado y aserrín”, aseguró el especialista.
Para controlar las altas temperaturas características de la zona –que oscilan entre 22 y 33 grados Celsius– se diseñó un sistema de ventilación cruzada, que consiste en colocar ventanas en direcciones opuestas, de modo que el aire pueda circular libremente y se logre refrescar la estancia sin necesidad de emplear aire acondicionado.
Dicha estrategia permite también el ahorro de energía .
Según los arquitectos, el diseño también aprovecha al máximo la iluminación natural. De este modo, se colocaron en la cubierta varias láminas de policarbonato, que garantizan la entrada de luz solar, pero se minimizan los efectos nocivos de los rayos ultravioletas.
Fuente: http://www.nacion.com
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