Blanco y negro para subrayar la arquitectura de autor de Francisco Mangado. Un creador tan radicalmente distinto de los postulados de Santiago Calatrava que a él nunca le acusarían de esteticista. Todo lo contrario: las construcciones diseñadas por el creador navarro buscan integrarse en el entorno y, especialmente, ponerse al servicio del ciudadano.
Basta visitar la exposición que le dedica el Círculo de Bellas Artes (en su sala Juana Mordó) para familiarizarse a pequeña escala con sus más recientes proyectos.
Las maquetas del Palacio de Congresos y Auditorio Baluarte de Pamplona se yuxtaponen a las del Palacio de Congresos de Palma de Mallorca o el Centro Municipal de Exposiciones y Congresos de Ávila, alabado por el mismísimo Álvaro Siza.
Preguntas y respuestas arquitectónicas por parte del reflexivo Mangado, que lanza numerosos interrogantes: "¿Estamos asistiendo a un mundo donde la falta de esperanza y aspiración es la característica principal? ¿A un mundo donde sólo la ley del mercado es la referencia última? Nos comunicamos continuamente, pero no nos paramos a pensar sobre el tiempo que queremos crear. ¿Es todo temporal y superficial? ¿Existen compromisos? ¿Es la arquitectura reflejo de este tiempo? ¿No estamos creando una arquitectura en la que es más importante el parecer que el ser?".
Él mismo se contesta: "Es prioritario intentar superar toda la caligrafía superficial que ha abundado en los objetos arquitectónicos durante los últimos años. La forma en arquitectura sólo puede entenderse como sujeto de contenidos. La caligrafía sólo es apariencia".
Fuente: http://www.elmundo.es
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