lunes, 30 de mayo de 2011

Los arquitectos de Almería premian viviendas en Huércal Overa y escuela en Antas

La arquitectura de uso diario, de andar por casa, se ha impuesto a la arquitectura de campanillas, más de escaparate, en la edición del Premio Arco para las actuaciones llevadas a cabo en el bienio 2008-2009. Como en las anteriores, la convocatoria ha intentado -y tal es su objetivo- «reconocer las mejores obras de Arquitectura en la provincia de Almería, en sus distintas modalidades». El hecho puede limitarse a ser un reflejo de la actividad ejecutada en ese bienio, en el que, a diferencia del que se circunscribió a los años del ajetreo relacionado con los Juegos Mediterráneos, la arquitectura de la provincia no ha tenido intervenciones tan singulares como las que provocó Almería 2005.
Esas mejores obras han sido un conjunto de viviendas en el apartado de vivienda, rehabilitación e interiorismo así como en el apartado, que parece haberse instituido en esa convocatoria, para el arquitecto novel y con 35 años como máximo en el momento de la convocatoria, con independencia de su modalidad. Una escuela infantil, por otra parte, se ha llevado el premio en la modalidad de Equipamiento, paisajismo, espacio público y rehabilitación.
Funcionalidad
Viviendas han sido, tal vez porque es el primer contenido de la primera modalidad, las actuaciones a las que han ido a parar la mención especial y las que resultaron finalistas. Una de las actuaciones que mayor impacto produjo en el momento de su inauguración, como es el caso de la nueva sede de la Delegación Provincial de Hacienda y Economía, que conlleva la incorporación de la fachada del edificio de la antigua Aduana, puede considerarse como el más singular de los edificios premiados, siempre desde la perspectiva que prima -o parece primar- el cariz artístico de esas construcciones de campanillas sobre las que, en principio y tal vez para una mirada más profana, se presentan con una naturaleza de mayor normalidad o con simple funcionalidad. Puede ser que los premios persigan, entre otros, este objetivo: que el ciudadano no se deje llevar por la magnificencia y admire no sólo esos edificios singulares sino también otros que, sin esa etiqueta, ofrecen iguales o incluso mejores calidades arquitectónicas y estéticas. El Premio Arco 2008-200 conlleva el reconocimiento para diseño y obra terminada e incentivar a todos los agentes que intervienen en el hecho arquitectónico: arquitecto, aparejador o arquitecto técnico, constructor y promotor.


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