jueves, 19 de mayo de 2011

Los halagos de Carlos de Inglaterra

El joven arquitecto segoviano Daniel Mayo, que el próximo 28 de mayo cumplirá 25 años, no olvidará nunca la fecha de ayer. Para él siempre quedarán marcados en su memoria los minutos que departió con el Carlos de Inglaterra. Fue con motivo de la visita que realizó el príncipe de Gales a la Escuela de Negocios de IE para respaldar la creación empresarial y conocer algunos programas de emprendimiento desarrollados por jóvenes españoles. El soberano británico demostró especial interés en la aplicación de nuevas tecnologías y en el respeto al medio ambiente. De hecho, preside la Fundación Youth Business International, una entidad benéfica para incentivar el crecimiento de las empresas mediante la asistencia técnica y el intercambio de conocimientos.
Daniel Mayo tuvo el privilegio de ser uno de los jóvenes talentos seleccionados por el Instituto de Empresa para presentar sus proyectos a Carlos de Inglaterra. «Me ha dicho que era fantástico e increíble, y claro, me he sentido tan halagado que al final le pregunté que si conocía a alguien que pudiera echarnos una mano». Entonces se ganó la complicidad del príncipe, que le guiñó un ojo al despedirse.
Habla en plural porque su idea la comparte con Álvaro Figueruelo, otro estudiante que comparte aventura. Ambos atesoran varios reconocimientos, como el Premio de Jóvenes Talentos 2010; y con ese dinero es con el se han costeado el prototipo en el que trabajan.
A grandes rasgos, explica Mayo, se trata de una vivienda bioclimática enfocada desde una perspectiva muy «modesta». Esa modestia se refiere al empleo de materiales naturales en la construcción y dotación del hogar 'verde', como el fardos de paja para aislamiento, algo que sorprendió y por lo que preguntó el propio Carlos de Inglaterra. «Ha estado muy cercano».
El segoviano explicó al príncipe británico los detalles del proyecto y sus ventajas: su rapidez a la hora de construir la vivienda y la posibilidad de utilizar mano de obra que no es especializada con el fin de estandarizar el diseño al máximo. El prototipo cuesta 8.000 euros. Esta vivienda sostenible está pensada para aquellos países azotados por catástrofes naturales y suplirían a las endebles tiendas de campaña o construcciones de emergencia.


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