El Ayuntamiento retira los vetustos tendidos eléctricos, peligrosos y antiestéticos, y renueva la iluminación con un novedoso sistema, más barato y menos contaminante.
No siempre los grandes proyectos resultan los más prometedores. A veces es un planteamiento, concebido paso a paso, el que puede transformar una realidad. Para ejemplo un botón. Venialbo, con su casi medio millar de habitantes, ha emprendido un imaginativo plan que conjuga la sostenibilidad con el desarrollo. Con la agricultura en franco declive, el municipio busca nuevas vías que realcen sus valores. El vino, el cuidado de la arquitectura castellana, las bodegas... Un planteamiento que pasa por el embellecimiento del casco urbano. Y en ese contexto se entiende el proyecto de renovación de los viejos tendidos eléctricos por una instalación más segura y respetuosa con el entorno, y los nuevos puntos de luz, no contaminantes y menos costosos. Es el principio del camino.
Hace un año el Ayuntamiento de Venialbo se propuso renovar la vetusta imagen de sus fachadas y edificios pintorescos. Un planteamiento nada reñido con la esencia de un pueblo típicamente castellano que pretende ensalzar esa cualidad. Con tal filosofía ha comenzado la transformación de los viejos tendidos eléctricos de cinco hilos por un cableado trenzado, más seguro y desde luego bastante más estético.
La actuación ha sido posible después de que el Ayuntamiento formalizara la petición ante el Servicio de Industria y la empresa Iberdrola. Operarios de la hidroeléctrica trabajan en la travesía de Venialbo, donde se están retirando los viejos tendidos que se elevan sobre los tejados de los edificios para sustituirlos por el mucho más discreto cable trenzado que va pegado en las fachadas.
«El cableado viejo es peligroso y anticuado -explica el alcalde de Venialbo-, estamos buscando la estética de las fachadas y se ha iniciado una primera fase a lo largo de unos 140 metros de la carretera para continuar por la calle Estudio y la plaza del Caño». La idea es seguir en la calle Bodegas, el teso Moleón y la calle Armas. Y así hasta eliminar por completo la vieja red eléctrica que tanto ha identificado a los pueblos.
El plan emprendido por el Ayuntamiento incluye un cambio de cara integral, que afecta también a los cables de alta tensión que cruzan las calles, y la sustitución de las farolas y puntos de luz viejos por unas luminarias mucho más ecológicas y respetuosas con el entorno.
Para ello se encargó una auditoría sobre la situación lumínica del pueblo y, con fondos del Fondo Estatal de Empleo y Sostenibilidad, el Ayuntamiento ha empezado a retirar las antiguas farolas por una iluminación de bajo consumo a través del novedoso sistema «microled». Se trata de una tecnología avanzada que incluye la implantación de lámparas de última generación que permitirán un importante ahorro de la factura eléctrica, hasta el 75% más barata.
Por el momento se han instalado 70 nuevos puntos de luz a lo largo de la travesía urbana de Venialbo. «Esto es el futuro. Instalaciones más baratas, menos contaminantes y respetuosas con el medio ambiente», explica Jesús Vara. Por ello, el empeño del Ayuntamiento es continuar con el plan que en una primera fase ha supuesto una inversión en torno a 32.000 euros. «Tenemos 400 puntos de luz en todo el pueblo y avanzaremos a medida que nuestras posibilidades económicas nos lo permitan. Iremos por fases pero la idea es instalar en todo el pueblo esta nueva tecnología». Así se justifica en la auditoría encargada por el Ayuntamiento, donde se reconoce la necesidad de renovar las vetustas instalaciones por un sistema adaptado a la normativa vigente, más eficiente, que favorezca el ahorro energético, además de limitar el resplandor luminoso y la contaminación lumínica.
«Esta actuación es un primer paso en nuestra idea de ir mejorando la estética del pueblo. Hemos retirado viejos postes eléctricos, se están soterrando las líneas en las obras nuevas. Si vamos corrigiendo todos estos elementos y ponemos en valor el tipismo castellano y la arquitectura popular, quizás algún día podamos aspirar a solicitar la declaración de conjunto histórico para nuestro pueblo», explica el alcalde, totalmente entusiasmado con el proyecto.
A esa idea responden las gestiones para integrar a Venialbo en las rutas enoturísticas que impulsa la Denominación de Origen Toro, a la que pertenece el municipio. O la potenciación de las bodegas. «Tenemos un pueblo bonito y hay que tomar conciencia de ello, pero para hacerlo más atractivo hay que enseñar los valores que tenemos; el entorno natural, los viñedos, los vinos, la iglesia, hay varias casas catalogadas etc. Si todos ponemos de nuestra parte conseguiremos que Venialbo se convierta en un atractivo más de la provincia», resalta el alcalde del municipio.
Una ponderable filosofía que empieza a dar sus frutos.
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