martes, 18 de octubre de 2011

La caja hermética

Gabriela Rojas soñaba desde ya tiempo con tener, en su casa, un espacio donde poder mantener y cultivar su variada colección de cactus. Un espacio con identidad propia, que a la vez le permitiera luego venderlos profesionalmente. En eso estaba cuando llegó donde los arquitectos Mirene Elton y Gabriel Rodríguez, quienes fueron los encargados de proyectar lo que sería su invernadero.
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Al ser el primer proyecto de este tipo para ellos, los arquitectos tuvieron que investigar sobre los requisitos para lograr que un espacio sirva de invernadero, o sea, que sea hermético, con orientación oriente-poniente, con ventilación cruzada, etc., pero además debían asumir la tarea no solo de construir el invernadero, sino que de intervenir un área mucho más grande, que abarcaba también el quincho, los estacionamientos, un huerto, el comedor de diario y toda el área de servicios.
Pieles. Son varias capas o pieles de repisas internas y externas las que conforman la estructura del espacio creado por los arquitectos.
Lo que se hizo entonces fue proyectar un gran techo de coligüe en tramos con policarbonato, que cubriera todo el paño y que cumpliera con el objetivo de dar translucidez y de tamizar la luz, evitando así la exposición directa al sol. "En el cultivo de cactus en especial, hay requisitos que tuvimos que investigar. Hay algunos que necesitan, por ejemplo,  luz de mañana y otros de tarde, otros que deben ir rotando y cultivarse en el interior para luego trasladarse al exterior", comenta la arquitecta.
Cactus. La dueña de este invernadero es amante de la naturaleza desde siempre. Hoy logró cumplir con el sueño de tener un lugar especial para cultivar y luego vender sus variados cactus. De diferentes hojas, tallos y raíces, Gabriela cuenta con especies de diferentes precios y tamaños. (9-949 5775)
Con pilares de pino impregnado, la estructura del área intervenida se fue definiendo, formando bajo un mismo techo diferentes espacios determinados por estos pilares y por numerosas repisas que, al interior y al exterior del invernadero, cumplen una función tanto estructural de arquitectura como funcional para instalar sobre ellas los cactus en sus diferentes maceteros. "Lo que nos gustó mucho del resultado de este proyecto fue justamente eso. Que el diseño es, al mismo tiempo, estructural y funcional", comenta el arquitecto.
Siendo la ventilación primordial para este tipo de espacios, las ventanas fueron un tema. Se reciclaron unas de  aluminio que la dueña de casa tenía, con distintos sistemas correderos.
Eso fue un desafío para ellos, ya que tuvieron que diseñarlo de manera que se pudieran utilizar todas, formando de esa manera un mosaico de diferentes tamaños, que a su vez cumplen un requisito fundamental: la ventilación cruzada, o sea, que el aire entre por un lado y salga por el otro.
El suelo por su parte se tapizó con durmientes enteros, reciclados también de las antiguas líneas de trenes. "Nos gustó mucho este proyecto. De escala chica, con harto diseño y pocos recursos. El hecho de que la estructura se haga a partir de las mismas repisas, pilares y el techo nos encantó. Son varias pieles finalmente las que arman el espacio, con las repisas exteriores e interiores. Fue interesante hacer esta arquitectura, más de paisaje, de jardín. Quedamos contentos y entusiasmados con volver a hacer algo de este tipo", cuentan los arquitectos
Fuente: http://masdecoracion.latercera.com

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