jueves, 1 de diciembre de 2011

Pumarejo vuelve a hacer historia en la arquitectura de la mano de Miguel Fisac

ESTHER BERMEJO MORO Las piedras de la iglesia de Pumarejo de Tera, declarada Bien de Interés Cultural por la Junta de Castilla y León, cuentan una bonita historia de tiempos no muy lejanos, hace tan solo 26 años. Con motivo de las fiestas de este municipio se realizó ayer un homenaje a Miguel Fisac, el arquitecto que posibilitó la construcción del templo. Ana María Badell, viuda de Fisac, acudió a Pumarejo para el acto conmemorativo. En una especial celebración. Fermín Blanco, arquitecto encargado de la investigación, mostró la documentación fotográfica y audiovisual que entregó a la Junta para conseguir el reconocimiento de bien de interés cultural.
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Junto con Blanco, Alex Río (fotógrafo), Silvia Longuerira (Directora de la Fundación Luis Seoane), Ana María Bodell y Alfonso Ramos, proyectaron el documental de la construcción de la iglesia a todos los vecinos allí presentes. Isaías Galende, alcalde de Pumarejo durante la obra, y Ricardo Colino, actual primer edil, intervinieron elogiando el trabajo de los operarios que actuaron como profesionales en el levantamiento del templo.
Los habitantes de esta localidad zamorana del valle del río Tera construyeron poco a poco y de una forma comunal la iglesia que hoy acoge a todos los fieles y devotos del municipio en el año 1985.
Es la única construcción contemporánea en España construida de una forma conjunta por personas no profesionales. También es el edificio más moderno declarado bien de interés cultural. Como explica Blanco, «siempre cuando pensamos en un monumento nos viene a la cabeza la antigüedad, pero normalmente no solemos tener la misma sensibilidad cuando se trata de un patrimonio contemporáneo». En esta construcción también están reconocidos otros valores además de los arquitectónicos, como los comunales y sociales. El proceso de elaboración no contó con un proyecto, ni con licencia, ni con el respaldo de un colegio profesional como cualquier edificación. «El proyecto fue haciéndose al mismo tiempo que la obra. Se fue adaptando a las necesidades y peculiaridades de ese trabajo» explica Blanco. «Es una suerte poder hablar con las personas que han construido un edificio de estas características. Los que colaboraron aún recuerdan qué piedras pusieron».
El comisario de la investigación se topó con esta historia de casualidad al realizar una investigación sobre el fallecido arquitecto y diseñador de este monumento Miguel Fisac. «El estudio que estábamos realizando se centraba más en temas arquitectónicos y tecnológicos, y nos encontramos con una historia mucho más social y de un gran calado humano» cuenta Blanco, y asegura que cuanto más iban profundizando en las condiciones de construcción del templo de Pumarejo y de qué manera se entremezclaban la arquitectura, con el arte y la sociedad, pensó que esta iglesia merecía la catalogación de bien de interés cultural de la Junta.
En el año 2007 Fermín Blanco comenzó los trámites, «se reunió parte de la documentación, se elaboró un dossier y, a través de la Delegación de la Junta en Zamora, iniciaron el expediente de reconocimiento del monumento». El dossier entregado lo formaban unas memorias explicativas del proceso de construcción a través de archivos históricos del propio arquitecto Fisac, de la gente del pueblo y archivos fotográficos. Nazario Ballesteros, encargado de las obras, prestó a los investigadores su diario de trabajo, «es un documento importante para dar credibilidad científica a todo lo que íbamos descubriendo. En el diario está especificado día por día lo sucedido, como iban apareciendo los problemas y como se iban solventando» cuenta el arquitecto.
En el 2009 se aprobó definitivamente la Iglesia de Pumarejo como bien de interés cultural de Castilla y León. Este reconocimiento viene a señalar que los valores, que Fermín y su grupo investigador destacaban de este edificio, efectivamente los tenía.
Un dato curioso, que señala Blanco, es que la propia ley de patrimonio cultural nacional fue aprobada dos meses antes que la finalización de la obra de la Iglesia de Pumarejo de Tera.
La parroquia responde a una tipología muy característica de la zona, con nave a dos aguas, altar en el cuerpo más elevado a modo de torre y espadaña en el lado opuesto. Todas las paredes son de cuarcita vista a dos caras con tonos ocres y amarillentos. La cubierta está compuesta por lacenas de celosía tridimensionales de tubo de acero colocadas en sentido longitudinal de la nave, que enfatizan la dimensión alargada del templo. En el interior destaca el viejo retablo barroco que albergaba la imagen de Santiago Apóstol recientemente restaurada.
Miguel Fisac es una de las figuras claves para entender la arquitectura contemporánea de España y precursor de ella. En el campo concreto de la arquitectura sacra y de las iglesias tuvo una importancia vital. Después del año 1965, cuando se establecen los nuevos criterios para la liturgia, Miguel Fisac fue uno de los primeros que intentó adaptar los edificios religiosos a los nuevos conceptos. El diseño de sus templos fue seguido por muchos. En la edificación eclesiástica creó escuela.
Fuente:http://www.laopiniondezamora.es

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