viernes, 20 de abril de 2012

Wang Shu, la arquitectura de la lentitud

El Premio Pritzker, considerado el Nobel de la Arquitectura, ha ido a parar manos de Wang Shu, un arquitecto chino de 48 años que ha hecho de la sostenibilidad y el respeto los leitmotiv de su obra. De hecho, el jurado del galardón ha destacado el carácter artesanal de su arquitectura y la delicadeza con que la inserta en el medio ambiente, aparte de la gran profundidad filosófica en que está enraizada. Pero no ha quedado ahí la argumentación favorable hacia Shu: también han advertido la "armoniosa convivencia entre tradición y modernidad".
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Shu ha declarado que ganar el premio "ha sido una enorme sorpresa". "Me siento tremendamente honrado de recibir el Premio Pritzker. Me ha hecho darme cuenta de la cantidad de cosas que he hecho en la última década. Y es una prueba de que el trabajo duro y la perseverancia conducen a resultados positivos".
Biblioteca Wenzheng Library, en la Universidad de Suzhou
Wang Shu nació el 4 de noviembre de 1963 en Urumqi, en la región autónoma de Xinjiang, y sólo ha trabajado dentro de China y ha desarrollado la mayor parte de su obra en Hangzhou, a 170 kilómetros al suroeste de Shanghái, donde dirige desde 1997 junto a su esposa, Lu Wenyu, el Estudio de Arquitectura Amateur. En este estudio una cuestión siempre late detrás de cada una de las iniciativas: en qué medida la pujanza económica china, y su fervor constructor, debe mirar a su pasado, tenerlo presente a la hora de construir el futuro de sus urbes y pueblos.
Wang Shu es un rebelde contra la esquizofrenia urbanística desatada en su país. Desde su estudio hace una llamada a observar los usos milenarios en la arquitectura china, no tan agresivos con el entorno. Prueba de su amor por el medio ambiente y la economía de materiales es su decisión de aprovechar dos millones de tejas procedentes de demoliciones de casas tradicionales para cubrir el techo de varios edificios del campus de Hangzhou.
Tres de las obras principales de Wang Shu son la Biblioteca del Colegio Wenzheng en la Universidad de Suzhou, el Museo de Historia de la ciudad portuaria de Ningbo y el Campus Xiangshan de Bellas Artes de Hangzhou, así como el pabellón de Tengtou-Ningbo en la Exposición Universal de Shangai.
Museo de Historia de Ningbo, 2003-2008
Partidario de la denominada slow-build, Wang Shu se ha lamentado en una conferencia en la Escuela de Chaillot el 31 de enero pasado de que "hace cien años, el ritmo de vida chino era más lento que en la cultura occidental. En cien años, nos hemos convertido en los más rápidos. No tenemos tiempo para reflexionar".
Pero Shu ha tenido que ver el desastre con sus propios ojos. Ha crecido en una ciudad que ha visto destruir el 90 por ciento de su arquitectura tradicional en sólo 30 años con el rápido desarrollo económico, como recordaba hace un mes en París, según "Le Courrier de l'Architecte".
El presidente de la Fundación Hyatt, promotora de este premio a lo largo de 34 ediciones, Thomas J. Pritzker, ha informado del fallo del jurado, presidido por Lord Palumbo y del que también forman parte el chileno Alejandro Aravena y la británicoiraquí Zaha Hadid, entre otros.
Thomas J. Pritzker ha añadido: "El hecho de que se haya elegido a un arquitecto chino supone un importante paso en el reconocimiento del papel que va a jugar China en el desarrollo de los ideales arquitectónicos. Además, el éxito del urbanismo chino en las próximas décadas será importante, no ya para China, sino para el mundo entero". La edición de este año incorpora una novedad insólita. El 25 de mayo será la primera vez en su historia que se entregará en Pekín. Es el guiño del Pritzker a un país en el que arquitectónicamente están sucediendo acontecimientos cruciales en este comienzo del siglo XXI.
Wang Shu se embolsará 100.000 dólares (unos 74.600 euros), que es la dotación del premio, además de una medalla de bronce con una inscripción latina en su reverso: "Firmitas, Utilitas, Venustas" (Firmeza, Utilidad y Belleza), el lema de Vitruvio, considerado uno de los "padres" de la Arquitectura.
Campus de Xiangshan, Academia de Arte de China, 2004-2007, Hangzhou, China
El palmarés del Pritzker es un rosario de figuras de la arquitectura internacional. En su haber lo tienen arquitectos como el francés Jean Nouvel, los británicos Norman Foster y Richard Rogers, el español Rafael Moneo, el italiano Renzo Piano, el mexicano Luis Barragán, los estadounidenses Frank Gehry y Richard Meier, los brasileños Óscar Niemeyer y Paulo Mendes de Rocha y los portugueses Álvaro Siza y Eduardo Souto de Moura, galardonado el año pasado.
Wang Shu es el segundo chino en obtener el Pritzker, tras I.M. Pei en 1983. Estadounidense pero de origen chino, Pei se formó en Harvard y en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y es autor de obras como la pirámide del Louvre y la Biblioteca y Museo Presidencial John F. Kennedy.
Fuente:http://www.elcultural.es

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