© Fernando Alda
Arquitectos: Taller de Arquitectura Rico+Roa
Ubicación: Córdoba, España
Redactores Y Dirección De Obras: José Carlos Rico Córdoba, Jorge Roa Fernández y Antonio J. Robles Ramírez
Área: 2827.0 m2
Año Proyecto: 2012
Fotografías: Fernando Alda
Colaboradores: Alvaro Carnicero Carmona, Miguel Rico León, Juan D. Gómez Laguna, Jorge García Cherino, Salud Torres Dorado, Carlos Ruiz Marín, Fernando Osuna Pérez, Antonio Pareja Manso, Juan Antonio Fernández López y Jorge Maillo (instalaciones), Arquidos (estructura), Lucas Ariza Parrado, Víctor Breña Calvo, Manuel Jesús García Ruano, Marta Santofimia Albiñana, Matilde López Fernández
Director Ejecución: José Antonio Romero López
Promotor: Excma. Diputación de Córdoba
Empresa Constructora: URPACA, SL
Area Terreno: 462.724,70 m2
© Fernando Alda
La reflexión alrededor de los que van a habitar el edificio, su tipología y su relación con el entorno podrían considerarse el origen articulador del proyecto. De hecho, entender el edificio como una residencia permanente, y no sólo como un edificio sanitario ha sido fundamental para el desarrollo del mismo.
El Centro de Disminuidos Psíquicos de Alcolea se propone como una ampliación del edificio existente en base a un concurso de ideas convocado en 2004. El concurso permite, en cierta manera, seleccionar la ubicación del edificio. Entendiéndolo como una decisión de gran importancia, se analizan las opciones y se rechaza la primera opción que es la parcela situada al sur del actual centro. Desde el equipo redactor se propone el lugar donde se producen las mejores relaciones con el valle de Alcolea y su entorno. Al Norte, el lienzo de fondo de la Sierra de Córdoba. Al Este, el paisaje generado por la pronunciada caída hacia el valle y la ladera del cerro al otro lado del arroyo Guadalbarbo ofrece las vistas de mayor calado. Al Oeste, las edificaciones del actual centro, se ofrece como límite el carril de acceso común y la protección frente al soleamiento más agresivo.
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Ante esta situación lo lógico es utilizar una tipología capaz de aprovechar al máximo estas condiciones de entorno. En cuanto a los habitantes del Centro, es muy importante tener en cuenta la singularidad que los caracteriza y las dificultades que eso implica. Para estas personas con discapacidad psíquica que se encuentran internos, el Centro es sin lugar a dudas su hogar, y como tal debe ser considerado. La mirada y su incorporación como herramienta terapéutica para el usuario es un factor clave y determinante en este proyecto. Es por esto que la respuesta del edificio ante tan ineludible reclamo sea tan natural como obvio. Lejos de encerrarse en miradas cruzadas sobre sí mismo en torno a un patio central tipo claustral, la estructura de la arquitectura y su funcionamiento establecen un puente de miradas perpetuo y abierto con su entorno.
© Fernando Alda
La topografía se ha utilizado como herramienta para generar la organización funcional del edificio. La gran pastilla Norte-Sur se posa con naturalidad sobre el terreno, aprovechando las diferencias de cotas para ir creando los distintos niveles de uso, la planta de acceso a visitantes y la de instalaciones. De esta manera se libera de usos secundarios la planta superior, que se encuentra como un mirador continúo en la cota de acceso del viario existente, donde se ubicarán los residentes.
Debido a que muchos de ellos deben ser asistidos para desplazarse, se ha tomado la decisión de habilitar en esta planta todas las estancias, usos y zonas vinculadas directamente a la movilidad de los residentes.
© Fernando Alda
Aprovechando este escenario, en el que la topografía se caracteriza por tener un desnivel pronunciado con bajada hacia el Sur y Este, se propone la división de la entrada de tráfico rodado en dos niveles distintos. En el nivel 02 (cota + 4,00) se propone una entrada exclusiva para personal de área de clínica, ambulancias y vehículos que transporten a residentes del centro con problemas de minusvalía. En este nivel se situará por lo tanto la zona clínica anexa al aparcamiento, la zona de habitaciones en los tres módulos centrales salientes y todas las estancias donde se desarrollen las actividades por parte de los residentes, con el fin de que no existan dificultades de accesibilidad en la rutina de uso del edificio. Los recorridos se realizan por un vestíbulo longitudinal que protege mediante espacios para almacenamiento del soleamiento Oeste a las estancias más importantes. Cada módulo habitacional cuenta con una sala de día conectada con el patio o solárium, pieza fundamental, desde el que se divisa el paisaje del valle a través de unos cerramientos de vidrio flanqueado por los muros del módulos adyacentes. Siguiendo este recorrido hacia el sur, los últimos módulos conectan con el nivel inferior de acceso al estar destinados a usos más accesibles a los usurarios no residentes como son la sala de visitas y el comedor.
Elevación Este
Fuente:http://www.plataformaarquitectura.cl/
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