El arquitecto Sirera finaliza la rehabilitación del monumento torrentino, que ha sacado a la luz bóvedas, letrinas, elementos defensivos y grafitis
M.H., Las Provincias.
La monumental Torre que preside el centro histórico de Torrent luce estos días los resultados de su largo proceso de restauración, que ha dejado a la luz una multitud de secretos escondidos en los vetustos muros de la construcción. Aunque el más esperado por los vecinos, que situará en el mapa de la Historia al monumento que da identidad a la capital de L'Horta Sud es todavía un enigma. ¿La Torre es mora o cristiana?
Para conocer la respuesta a esta popular pregunta habrá que esperar al menos un mes. Y es que según aseguró la alcaldesa de Torrent, María José Català, el secreto no será desvelado hasta que la Torre se abra al público, durante las fiestas de la localidad. Hasta ese momento, el arquitecto encargado de la restauración, Jaime Sirera, es el único que pone sobre la pista del origen de tan magna construcción. "Por época de construcción, mi opinión es que la Torre es cristiana, aunque constructivamente, se levantó con técnicas musulmanas", señaló.
Entretanto, el Bien de Interés Cultural augura los últimos retoques para su puesta de largo en sociedad, después de más de un año de operaciones. La principal novedad pasa por que el Ayuntamiento ha decidido al final cubrir el foso exterior, a pesar de que se habían barajado otras opciones. El Consistorio ya ha enviado a la Conselleria de Cultura la petición para tramitar esta obra, que estará acabada antes de la inauguración oficial.
Mientras, el equipo de Gobierno, presidido por la alcaldesa, y un nutrido grupo de medios de comunicación pudieron comprobar por primera vez cómo ha quedado el gran monumento desde su restauración. Con el arquitecto Jaime Sirera como guía, se pudieron desvelar algunos de los secretos que han encerrado durante siglos las paredes de la Torre. Desde el antiguo balcón o ladronera, que alojaba la tercera planta, justo encima de la puerta de entrada, por el que los antiguos inquilinos defendían la fortaleza, hasta las expresivas pintadas que dejaron los presos de la Torre en su etapa carcelaria. También las letrinas, o el sistema de drenaje de agua.
Curiosamente, los reos optaban por dibujar pájaros o barcos para evidenciar la necesidad de libertad que tanto ansiaban. También pistolas y nombres. "En la Comunitat no se había tenido constancia de elementos tan claros de defensa como los que se han hallado aquí", aseguró Sirera.
La realidad es que, tras más de un año de obras, la Torre ha sorprendido a los investigadores por los importantes hallazgos encontrados, que van desde las bóvedas originales que se encontraban cubiertas hasta 25 ventanas y los matacanes de la planta alta.
Se trata de elementos defensivos que se encontraban en cada una de las esquinas de la Torre y permitían a los defensores del inmueble poder repeler cualquier ataque del exterior desde una posición elevada. En la restauración está previsto dejar la planta alta como era originalmente y mantener visibles los huecos de las aperturas de este matacán para que se conozca.
Este hallazgo ha servido ya para que comience a investigarse de su existencia en otras torres defensivas de la misma época que la de Torrent. Es, según los expertos, uno de los elementos encontrados que va a cambiar la concepción de este tipo de fortificaciones defensivas de la huerta valenciana.
Con la gran obra de recuperación del patrimonio, el arquitecto ha proyectado también una nueva puerta a nivel de calle para facilitar el acceso a las personas con movilidad reducida. Eso sí, a pesar del intenso trabajo de restauración, se han respetado los planos y materiales originales. "La Torre es del pueblo, y no se puede cambiar de la noche a la mañana", explicó el arquitecto.
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