El Niemeyer, alojado en un fastuoso estuario, conmueve a los espectadores en su estreno oficial
El Niemeyer es como “una bomba” de emoción. Un espacio que perturba al espectador hasta llegar a conmoverlo. La obra cumbre en Europa del genio de las curvas de Brasil no ha dejado indiferente a nadie en su estreno.
Alojado en el fastuoso entorno natural del estuario de la ciudad, la apertura del Niemeyer ha sido como un vendaval de sentimientos para los propios vecinos de Avilés y los visitantes, que no pudieron sustraerse al “impacto” que les causó la obra en la noche del pasado miércoles, cuando el espacio se iluminó por primera vez y la gente pudo acceder a la explanada en el acto internacional, promovido por la ONU.
“El Niemeyer, en lo que ya se va viendo, es espectacular. Lo preveíamos, lo habíamos visto en los planos y en obra, pero ver la realidad y sobre todo la cúpula, la verdad es que produce una emoción impresionante”, afirmó el urbanista Ignacio Alcalde, director del equipo que redacta el proyecto de la Isla de la Innovación, junto a Norman Foster.
“No es muy habitual que una arquitectura te toque la fibra sensible de esta manera. Realmente es algo excepcional. Además, hay otro mensaje interesante y es el hecho de que hace muy poquitos años, esto se veía como una utopía y hoy no hay duda de que es real, y eso sirve también para darnos ánimo”, añadió.
“Un mundo aparte” “Es como entrar en un mundo aparte. Una especie de sueño. Estoy impactado”, manifestó el juez Baltasar Garzón, a su entrada en el recinto el pasado jueves, cuando accedió a la gran plaza para participar en una mesa sobre derechos humanos, dentro de los actos de la ONU. El magistrado se mostró realmente “impresionado por el espacio tan amplio, la ría y la orientación de las actividades de corte humanista, que suponen un concepto de cultura distinta de lo que hay en las grandes ciudades, porque concita a la gente a participar y expresarse”. Garzón acentuó y resaltó el espíritu de este centro cultural donde se pueden “debatir ideas”. No solamente un centro al uso donde uno va a ver un cuadro en un museo.
“Si todo va bien, con el Niemeyer, Avilés seguirá siendo una ciudad industrial, pero tendrá también una industria de la cultura al más alto nivel”, opinó el historiador Juan Carlos de la Madrid, autor entre otros, del libro Avilés, una ciudad milenaria . Además, considera que El Niemeyer “ensalza algo que ya teníamos: el estuario, un espacio marino extraordinario. Tenemos que ser más bilbaínos que los propios bilbaínos, porque el Guggenheim está al borde de una ría de 75 metros de ancho, mientras que la de Avilés tiene 300”, apostilló.
“El Niemeyer es una bomba”, afirmó directamente, el secretario de la agrupación socialista de Avilés y diputado regional Álvaro Álvarez, quien calificó de “espectacular” su diseño y destacó “la impresión” que causa al visitante que se adentra en su interior. Además, Álvarez subrayó el empeño del presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces en sacar este proyecto adelante, y recordó “su apuesta personal por Avilés, a pesar de las presiones del alcalde de Oviedo Gabino de Lorenzo”. El diputado apuntó que la ciudad “está en deuda con Areces” y piensa ya en la posibilidad de rendirle “algún tipo de homenaje”.
“Ahora tenemos que ser capaces de mantener la tensión para seguir a este nivel”, señaló el concejal de Cultura de Avilés, Román Álvarez, quien afirmó que “es como un sueño”. Una ilusión que da alas a la ciudad. “Ahora mismo lo vemos todo posible. Es un cambio mental muy grande en una ciudad que era pesimista”, explicó.
La labor de Natalio Grueso El presidente de La Cámara de Avilés, Francisco Menéndez, señaló que El Niemeyer es “un conjunto arquitectónico impresionante” al que realza también el escenario de la ría. “Es un acierto total, y cuando uno llega al recinto tiene una sensación impactante que no había experimentado al verlo desde fuera”.
Además, destacó la labor del director del Centro Cultural, Natalio Grueso, “una persona que ya ha dado muestras de su valía, haciendo una labor fundamental para el futuro del Niemeyer”.
“Me parece que estoy en otra ciudad, algo así como si fuera Nueva York, es impresionante”, manifestó el cantautor Luis Eduardo Aute, la noche de la apertura.
El arquitecto avilesino Juan Crespo elogió tanto el Niemeyer como la pasarela de acceso al centro, que le parece “una escultura bonita”, aunque a la hora de sacarle alguna pega, le parece “poco funcional”. En su opinión, “el espacio creado por el Niemeyer y sus edificios es precioso, aunque habrá que llenarlo de contenido”, señaló.
“Cuando subí junto a mi marido y mi hijo por la noche, y lo vi todo iluminado desde lo alto, me pareció que estaba en otra ciudad”, explicó Ana Marañón, una vecina de Avilés, que resume un sentimiento colectivo.
Fuente: http://www.lavozdeasturias.es
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