Daniel consiguió en 2009 una beca, cogió su maleta y se fue a estudiar Arquitectura a Chicago. La elección no fue, ni mucho menos, casual. En esta ciudad no sólo se levantan algunas de las construcciones más espectaculares de EEUU, sino que también tiene su sede el Illinois Institute of Tecnology, una de las mecas del diseño de edificios. "La ciudad quedó prácticamente destruida por un incendio en 1871. Durante los años siguientes vivió un boom de la construcción en el que por primera vez se utilizaron estructuras enteramente portantes de acero para los edificios. Si la invención del ascensor, unos años antes, ya había permitido duplicar la altura de los edificios, las estructuras de acero permitieron duplicar de nuevo su altura", destaca con entusiasmo este joven madrileño. Y prosigue: "Es en Chicago donde, a finales del s. XIX, está el origen de los modernos rascacielos, que tienen en la torre Sears (actualmente la más alta de EEUU) y en la Hancock dos ejemplos mundialmente conocidos".
Además de sus altos edificios, dos detalles llamaron fuertemente la atención de Daniel al llegar a Chicago: el frío invierno (hasta 25 grados bajo cero y un fuerte viento que hacía que la sensación térmica fuese mucho más baja) y la segregación racial por barrios: "El norte es de los blancos, el oeste para los hispanos y el sur para los negros". ¿Y el este? Este punto cardinal queda para el lago Michigan, uno de los más grandes del mundo. "Ante él, tienes la impresión de estar frente al mar", recuerda con admiración.
Jazz y blues conforman la banda sonora de una ciudad que idolatra a jugadores de basket
También con entusiasmo habla de la banda sonora de Chicago: el jazz y, sobre todo, el blues. "Hay auténticos templos de música en directo, muchos de ellos escondidos en zonas no turísticas, en los que dos o más bandas se alternan para tocar hasta la madrugada. Un cubo de cerveza Samuel Adams es el acompañante perfecto para pasar la noche", sugiere.
Lo que se niega a admitir es el estereotipo de que en Chicago y, en general, en todo Estados Unidos se coma mal: "Es un cliché que se demuestra falso nada más llegar. Hay muchos y excelentes restaurantes para todos los gustos y bolsillos. A los pies del la torre Hancock está el mejor establecimiento para comer la archifamosa tarta de queso americana. Hay de todos los sabores. Y como prueba de que la hamburguesa no es necesariamente comida basura, recomiendo el restaurante del hotel The James.
De comida y baloncesto
Comer en casa es otra cosa. "En los supermercados normales, los productos frescos son más caros y de peor calidad que en España, pero hay cadenas ecológicas, como Whole Foods o Trader Joes, que ofrecen ingredientes de gran calidad que ya nos gustaría tener en España," asegura. La mayoría de las verduras que ofrecen estos establecimientos proceden de granjas cercanas y la carne proviene de animales que no son alimentados con piensos industriales.
Por supuesto, visitar Chicago obliga ir al United Center, la cancha de los Chicago Bulls, para asistir a algún partido de la NBA. Frente a la puerta de acceso hay una estatua de Michael Jordan, a quien aún se venera en la ciudad. Aunque a rey retirado, rey puesto. "Rose, otro jugador de basket, es ahora el nuevo ídolo local", apunta Daniel.
Fuente: http://www.publico.es
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