miércoles, 9 de noviembre de 2011

Piedras que alientan la vida

Con su característico aire desaliñado y sin abarcar el protagonismo a pesar de ser el galardonado, Javier Mariscal aterrizó ayer en el Ayuntamiento de Vitoria para recibir el premio Olaguibel 2011, un galardón con el que el Colegio Oficial de Arquitectos Vasco-Navarro ensalza la labor de personajes públicos que, sin ser arquitectos, han colaborado en la difusión de la arquitectura de la capital.
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El valenciano ha participado en el diseño de varios establecimtos en Euskadi
Elogia la capacidad de Vitoria de encajar lo moderno y lo antiguo
"Nunca he pagado por aprender, me costó aprender a leer y escribir", comenzó, "y odio profundamente todo lo universitario", apuntó en referencia a su predilección por aprender a través del entorno. Sin embargo, "la buena arquitectura hace que cambie la vida" de los ciudadanos, ensalzó el creador de la mascota de los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992.
Por ello, el diseñador elogió la manera en que Vitoria ha encajado la modernidad en un entorno medieval. El artífice de ello fue Justo Antonio Olaguibel, el arquitecto que sentó las bases del ensanche vitoriano que rodea la colina medieval del casco viejo y abogó por la alternativa de los arquillos que años más adelante sería adoptada por otras ciudades españolas. El presidente del colegio de arquitectos, Jorge Fernández Magán, también destacó la "solución genial" de Olaguibel para salvar el desnivel.
El diseñador valenciano, que ha participado en el diseño del restaurante Ikea de la capital o en el del Hotel Domine de Bilbao, frente al Museo Guggenheim, aprovechó la ocasión para piropear la capital vasca y su gastronomía. Aseguró que Vitoria le ha obligado a pensar en lugares lejanos de África, Suramérica y Asia, ya que "es un pecado vivir aquí de lo bien que se vive".
Todo ello sin pelos en la lengua: "En Barcelona [donde reside] hay restaurantes que son basura, basura basura", señaló.
Pero en el País Vasco, los restauradores "tienen la presión de la sociedad, un mal restaurante no puede sobrevivir aquí", se congratuló después de pegar un bocado a las delicias del reconocido restaurante Sagartoki. El mejor ejemplo, la comida rápida: "El McDonnald's se cerró en el centro [de Vitoria], guau, en qué país vivimos".
El artista se convirtió en la jornada de ayer en uno más de los galardonados, como el escritor de Los pilares de la tierra, Ken Follet, la historiadora Micaela Portilla, la Fundación Catedral Santa María y el historiador Eusebio Leal. El premio comenzó su andadura en 1963, pero sufrió un parón de dos décadas que se ha roto.
Su figura fue elogiada por el alcalde de Vitoria, Javier Maroto, que valoró el "lenguaje para el público" que utiliza Mariscal y le invitó a participar en el 35º Festival de Jazz de la ciudad, que ayer vivía uno de sus últimos conciertos con el vocalista y pianista Jamie Cullum y con el cantante José James.
Fuente:http://www.elpais.com

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