Un gijonés, «con unas profundas raíces cristianas», «trabajador» y muy unido a sus tres principales pasiones: la arquitectura, el Sporting y la ciudad de Gijón. Los amigos y compañeros de profesión de Miguel Díaz-Negrete definían así al decano de los arquitectos locales pocas horas después de su fallecimiento. Los cargos que ocupó Negrete a lo largo de su vida profesional -llegando a ser vicepresidente del Real Sporting y fundador de instituciones como el Club de Golf de Castiello o Proyecto Hombre- hicieron que decenas de personas se acercaran durante todo el día hasta la sala 3 del Tanatorio Gijón Cabueñes para acompañar a su familia.
«Él era el arquitecto que más años llevaba ejerciendo en Asturias, sabiendo además aglutinar a todos. Tenía un espíritu joven y era todo un apasionado del fútbol y de las artes», señalaba el decano del Colegio de Arquitectos de Asturias, Alfonso Toribio. El apoyo que Negrete ofreció en sus primeros pasos al artista Rubio Camín, el esfuerzo con el que impulsó el Proyecto Hombre o las horas de trabajo gratuito que el gijonés dedicó al Sporting de Gijón para la puesta en marcha de la Escuela de Fútbol de Mareo fueron sólo algunos de los ejemplos que sus conocidos trajeron ayer a la actualidad para hacer valer el carácter «humano y altruista» del arquitecto. «Lo primero que hice cuando terminé la carrera fue ir a trabajar a su estudio, donde estuve seis años. Él era una parte importante de mi familia y compartí con él los mejores años de mi vida», contaba ayer en el Tanatorio el arquitecto Alfredo Álvarez. Otro de sus compañeros de profesión, Jovino Martínez Sierra, destacaba el «ejemplo» que la figura de Negrete «debe suponer para todos los estudiantes y arquitectos»: «Estaba muy entregado a su profesión, siguió hasta el último día sin parar de trabajar». De hecho, sus conocidos aseguran que en los últimos días de su vida no era extraño encontrarse con Negrete en decenas de actos. «Él lo consideraba casi como una obligación y estaba en todos los sitios», concluía Martínez Sierra.
«Era un hombre sencillo, cercano y solidario que va a dejar un gran hueco en Proyecto Hombre», mantenía por su parte Luis Manuel Flórez, «Floro», el presidente de la institución en Gijón. «Desde el primer momento Díaz-Negrete tuvo una sensibilidad especial hacia las personas, tenía unas profundas raíces cristianas que le hacían además creer en las segundas oportunidades», concluía Floro. El responsable de Proyecto Hombre quiso destacar además «la gran cantidad de reformas y trabajos» con los que Díaz Negrete contribuyó a la institución. Pero ésta no es la única agrupación en la que el arquitecto deja ahora «un gran vacío». El arquitecto fue, además, uno de los fundadores del Club de Golf de Castiello. «Era historia viva del club. No hace mucho tiempo todavía hacía sus pinitos», recordaba el presidente de la entidad deportiva, Antonio Mortera, quien muchas veces consultaba con Díaz-Negrete a la hora de tomar decisiones. «Me apoyó mucho en mi candidatura y fue uno de mis pilares», señalaba. Además, destacaba que «en sus años fue muy buen jugador y dejó una estela de grandes deportistas, como sus nietos Miguel e Inés, que son muy conocidos».
Juan José del Campo, consejero delegado de Ideas en Metal, fue otro de los presentes ayer en el tanatorio de Cabueñes. El empresario quiso destacar la faceta cultural de Negrete: «Era un jovellanista y un hombre que mantuvo siempre un espíritu activo e intelectual», recuerda Del Campo, que de su obra arquitectónica resalta que «fue un innovador, riguroso en sus planteamientos y funcional en sus soluciones». El ex decano del Colegio de Arquitectos, Ángel Noriega, puso en valor por su parte «la larga trayectoria profesional de Negrete que le ha servido para hacer un recorrido por diferentes estilos».
El concejal de Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento, Rafael Felgueroso, ejerció la representación municipal en el tanatorio. La ex alcaldesa de la ciudad Paz Fernández Felgueroso expresó también su pesar al perder una persona «a la que apreciaba».
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