Los expertos del mundo de la arquitectura bioclimática lo tienen claro: el mundo avanza hacia unas construcciones que sean más «as» tanto para los individuos que las habitan como para el medio ambiente. Ésa es la conclusión más importante que se pudo extraer de las jornadas «Encuentros de Arquitectura. Tradición en clave de futuro», organizadas por el Grupo de Desarrollo Rural Alto Narcea Muniellos y que tuvieron lugar en el auditorio de la Casa de Cultura de Cangas del Narcea, situada en el Palacio de Omaña.

Estas jornadas, contextualizadas dentro del esfuerzo de Alto Narcea Muniellos por revalorizar la arquitectura tradicional, han reunido a expertos en arquitectura sostenible como los arquitectos Ángeles Sánchez, Jesús Marcos y Elisa de los Reyes García, el constructor José Manuel Suárez Arias, el aparejador José Juan Calvo, la ingeniera de montes María Gutiérrez y los responsables de la asociación asturiana Passivhaus, que defiende un nuevo modelo constructivo basado en la eficiencia y el ahorro energético.
Por parte de este último colectivo, Passivhaus, tomó la palabra Klass Schenk, holandés afincado en Nava. Según Schenk, «los dos puntos importantes que hay que tener en cuenta a la hora de construir una casa es que sea a, que cuide la salud de la gente que vive en ella, y también que cuide la salud del planeta, esto es, que cuide el medio ambiente».
Para lograr este doble objetivo se tiene que cambiar la mentalidad y la forma de construir que se ha establecido como dominante desde la última parte del siglo XX. Los presentes dejaron claro que hay que empezar por tener materiales de mejor calidad, y que tengan el menor impacto posible en el territorio y las personas, usar más madera, más piedra, tener mucho más cuidado con la orientación de los edificios y buscar la forma que usen la menor energía posible, que la optimicen para que no sea necesario tener todo el día puestas las calefacciones o los aires acondicionados.
Schenk cree que no se trata de un futuro posible, sino del único futuro que se plantea ante nosotros: «El concepto energético de ahorro y eficiencia será estandar por ley para el año 2020, pero nosotros vamos más allá. No nos cabe duda de que en el futuro no se podrá construir como se venía haciendo hasta ahora».
La arquitectura rural, pues, por materiales y vocación, guarda muchas de las claves de la que será arquitectura dominante y obligatoria en un futuro próximo, según los participantes en las jornadas.
Fuente:http://www.lne.esPor parte de este último colectivo, Passivhaus, tomó la palabra Klass Schenk, holandés afincado en Nava. Según Schenk, «los dos puntos importantes que hay que tener en cuenta a la hora de construir una casa es que sea a, que cuide la salud de la gente que vive en ella, y también que cuide la salud del planeta, esto es, que cuide el medio ambiente».
Para lograr este doble objetivo se tiene que cambiar la mentalidad y la forma de construir que se ha establecido como dominante desde la última parte del siglo XX. Los presentes dejaron claro que hay que empezar por tener materiales de mejor calidad, y que tengan el menor impacto posible en el territorio y las personas, usar más madera, más piedra, tener mucho más cuidado con la orientación de los edificios y buscar la forma que usen la menor energía posible, que la optimicen para que no sea necesario tener todo el día puestas las calefacciones o los aires acondicionados.
Schenk cree que no se trata de un futuro posible, sino del único futuro que se plantea ante nosotros: «El concepto energético de ahorro y eficiencia será estandar por ley para el año 2020, pero nosotros vamos más allá. No nos cabe duda de que en el futuro no se podrá construir como se venía haciendo hasta ahora».
La arquitectura rural, pues, por materiales y vocación, guarda muchas de las claves de la que será arquitectura dominante y obligatoria en un futuro próximo, según los participantes en las jornadas.
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