El arquitecto Eduardo Rodríguez y el periodista Jesús Fonseca han apostado por la recuperación de "los principios y valores" de la arquitectura, como la "conciencia social, la libertad, los buenos espacios o el uso de la luz" para que las personas estén cómodas en sus edificios.
Con esas palabras se ha referido el arquitecto a los "viejos principios y valores" de la arquitectura antes de participar en una de las jornadas del ciclo titulado "Documentales de arquitectura... Hacia la sostenibilidad".
Rodríguez ha indicado en declaraciones a EFE que es necesario recuperar "el buen hacer" de la arquitectura más que utilizar demasiado "la tecnología", "que no está mal", pero que debe usarse siempre teniendo en cuenta "la experiencia" anterior.
Cada una de las jornadas del ciclo de documentales, que se celebra en el Museo Patio Herreriano de Valladolid, analiza la figura y obra de un arquitecto del siglo XX y en esta ocasión ha sido el turno del arquitecto mexicano Luis Barragán (1902-1988) y en concreto de su Casa Estudio.
En opinión de Rodríguez, la arquitectura se encuentra en un momento de "inflexión" en el que se ha construido "a destajo" y hay "que pensar, recapitular y retomar los principios que se han perdido".
El periodista y director del diario La Razón en Castilla y León, Jesús Fonseca, ha intervenido en el acto durante el coloquio posterior al visionado del documental de la casa del arquitecto mexicano que fue nombrada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 2004.
En declaraciones a EFE, el periodista ha considerado que la figura de Luis Barragán representa "la moralidad en la arquitectura" y que es el arquitecto del "equilibrio, la serenidad y el sosiego" con un "sentido social muy grande".
Fonseca ha destacado "la necesidad" de que haya arquitectos con "conciencia social" ya que su trabajo es "importante" para mejorar la calidad de vida de las personas.
El periodista ha expresado también que los arquitectos "deben mandar honestamente" en su trabajo, y no sólo "el capital y el ladrillo" para que los profesionales contribuyan a la calidad de vida de las personas haciendo "casas habitables" teniendo en cuenta aspectos como el espacio o el ruido.
En opinión de Fonseca, la autoridad del arquitecto en su trabajo se ha sustituido por "el ladrillo puro y duro" y la "dimensión social y moral de la arquitectura ha quedado apartada", algo que ha considerado "gravísimo".
"El trabajo del arquitecto es importantísimo que influye en la vida de las personas y otra arquitectura es posible", ha concluido Fonseca.
Fuente:http://www.abc.es/
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