jueves, 3 de mayo de 2012

La arquitectura secreta de las Fragas

Más allá del turístico monasterio de Caaveiro, de las rutas de los molinos y de su llamativa vegetación, las fragas do Eume esconden multitud de ejemplos de una arquitectura única en Galicia que sufre el riesgo de perderse por los efectos del paso del tiempo, la despoblación y abandono del rural. Según explica José Yañez, ingeniero y arquitecto profesor en la Universidade de A Coruña, jefe de la sección de arquitectura de la Diputación Provincial y responsable del área de Caaveiro, en las fragas hay tres tipologías arquitectónicas de gran importancia, la marinera de los municipios de Pontedeume y Cabanas; la del interior de la sierra dorsal da Loba, representativa de lugares de As Pontes y Lugo; y una tercera tipología de transición, «las agras coruñesas», que se extiende por la mayor parte del parque y de gran relevancia «desde el punto de vista etnográfico y constructivo por su singularidad».
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Dentro del parque, señala Yáñez, destacan conjuntos etnográficos como Rebordille, A Filgueira, A Fraga Cha, Torres de San Bartolomeu o Armadadocando, lugares que «por la despoblación y el abandono se están quedando en ruinas», lamenta. «Es un gran momento que se debería aprovechar para recuperar el patrimonio arquitectónico también. Estamos perdiendo arquitectura popular como hórreos, graneros o palleiras que, al haber perdido la función que tenían están en estado de abandono», explica Yáñez.
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En Monfero se encuentran dos de estos ejemplos arquitectónicos en peligro de perderse que destaca el arquitecto. En O Valdo se encuentra ubicado el único ejemplar de hórrea de la comarca. Se trata de un granero con forma cuadrada, un pasillo interior y muy atípico en la arquitectura tradicional gallega, que, señala Yáñez «es una joya de la carpintería y está en proceso de volverse ruina». Y en el lugar de A Ermida se puede visitar una capilla del siglo XV que, aunque se conserva en mal estado y una grieta recorre la fachada, aún se puede distinguir en ella el campanario. Y en el presbiterio guarda pinturas de la época.
También destaca el arquitecto un singular hórreo de piedra situado en el lugar de Xavariz, Cabanas, coronado con un reloj solar que es de los pocos detalles de la estructura que quedan en pie. El huracán Klaus derribó la mayor parte del hórreo que permanece en ruinas desde entonces. «Ya solo quedan las pilastras y el reloj de sol», lamenta Yáñez.
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Para rehabilitar estas construcciones, muchas de ellas privadas, detalla el arquitecto, la Xunta dispone de unos planes específicos de ayudas para los propietarios. «Las fragas ofrecen unas posibilidades turísticas que habría que impulsar con la rehabilitación de estos inmuebles que son un atractivo más del parque que se están abandonando», puntualiza.
Fuente:http://www.lavozdegalicia.es/

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