martes, 28 de diciembre de 2010

Cultura adquiere el archivo del arquitecto y poeta del 36 Luis Felipe Vivanco

El Ministerio de Cultura ha adquirido el archivo del arquitecto y poeta de la Generación del 36 Luis Felipe Vivanco, cuyos fondos, compuestos por correspondencia personal y profesional y documentación sobre su obra literaria, se han depositado en el Archivo Histórico Nacional.
Según ha informado esta tarde en una nota el ministerio, los documentos de Vivanco (San Lorenzo de El Escorial, 1907-Madrid,1975) estarán junto a los de escritores como Juan Ramón Jiménez, Jacinto Benavente y Luis Rosales, con el que le unió una relación tan profunda y dilatada en el tiempo que les llamaban "Vivales y Rosanco".
El arquitecto y poeta era hijo de Luis Felipe Vivanco y Pérez del Villar, magistrado del Tribunal Supremo, y de Rosario Bergamín Gutiérrez, hija del ministro de la Restauración José Bergamín García, y hermana del poeta y dramaturgo José Bergamín, quien influyó decisivamente en la obra y personalidad de Vivanco.
Mientras estudiaba Arquitectura escribió poemas vanguardistas que publicó en 1958 con el título "Memoria de la plata" y, al terminar esa carrera, en 1932, decidió matricularse en Filosofía y Letras, lo que le llevó a conocer a Juan Panero y Luis Rosales.
Rosales y Vivanco formaron con Dionisio Ridruejo, al que conoció unos años después, un grupo inseparable cuya amistad perduró a lo largo de toda su vida.
Entre sus obras destacan "Cantos de primavera" (1936), "Tiempo de dolor" (1940), "Continuación de la vida" (1949), "Introducción a la poesía española contemporánea" (1957), "El descampado" (1957), "Memoria de la plata" (1958), "Lecciones para el hijo" (1966), "Moratín y la ilustración mágica" (1972), "Prosas propicias" (1972) o "Los Caminos" (1974).
La imagen que ha quedado de él, según recuerda el Ministerio de Cultura en su comunicado, es la de "poeta oficial e intelectual ligado al franquismo", aunque sus contactos con la literatura del exilio le llevaron "a arrepentirse de haber contribuido en alguna medida a instaurar un régimen que había suprimido las libertades".
En el archivo de este "poeta verdadero pero medio desconocido" figuran cartas dirigidas a él en su condición de Presidente del Patronato del Museo de Arte Contemporáneo y muchas de las que él enviaba a las editoriales.
Hay cartas de sus tíos José y Francisco Bergamín, de Juan Ramón Jiménez, Ricardo Gullón, Gregorio Marañón, Eugenio D'Ors, Carlos Jiménez Díaz, Xavier Zubiri, Camilo José Cela, Caballero Bonald, o Juan Larrea, cuya obra fue traducida por Luis Felipe.
Se conservan borradores con escritos inéditos suyos, así como manuscritos de José Bergamín, como el relato con correcciones a bolígrafo titulado "La España de tócame Roque", o los textos "Una poética de doble realidad" o "José Bergamín no es José Bergamín o el arte de temblar".
Entre los manuscritos destacan "El descampado", "Crítica literaria", "La generación poética del 27" o "La arquitectura en la prosa de Bécquer", entre otros.

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